En 1585 Gonzalo de Riazos, mercader y mayordomo de la
Cofradía de Nuestra Señora del Rosario de Santiago, contrató con Antonio de Mondragón (véase FICHA nº 22: https://juliomontanes.synology.me/bases/actores/?-table=actores&-action=browse&-cursor=0&Numero==22) la representación la víspera de la fiesta de la Virgen del Rosario de un Auto "que para ello está hecho y ordenado por Baltasar González, clérigo que compuso la dha representación, y buscar los representantes que representen el dho auto".

En la obra intervenían nueve personajes y Mondragón habría "
de buscar las joyas vestidos, ropas y aderezos de seda para la Honra, la Justicia, Fortaleza, Prudencia, Humildad, y son cinco personajes, según que para la dha obra se requiere, sin que el susodicho mayordomo tenga que buscar ninguna cosa eceto que la mortaja que es una vestidura donde ha de quedar la Honra vestida la ha de buscar el dho mayordomo. lten ha de buscar el dho Antonio de Mondragón, tres caballos buenos puestos a la gineta enjaezados para que en ellos vayan tres personajes de aonde saliere la danza hasta la huerta de Santo Domingo, en los quales han de ir a caballo la Justicia, Prudencia e Fortaleza; y el dho Antonio de Mondragón ha de ir en la dha fiesta e representar la personaje de Diógenes, y el dho mayordomo le ha de dar las vestiduras (...) y Mondragón ha de buscar tres personas de las tres cuadrillas que han de representar tres personajes en cada una la suya; que ha de ser un sabio, una sibila y un capitán...".

El Auto se representaría "
de víspera de la dha fiesta entre los coros de la Santa Iglesia de Santiago, y ha de ser auto sacramental o de Nuestra Señora con buena obra e letra, declarando la letra de lo que es. Y al fin y remate della, y sin embargo de declarar la dha letra, han de ser tres entremeses buenos en buena forma". Mondragón recibiría como pago 24 ducados, una fanega de trigo y una rapada de centeno.

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REFERENCIAS:

PÉREZ COSTANTI, Pablo,
Notas viejas galicianas, Vigo, Imprenta de los sindicatos católicos, 1925-27 (3 vols.), vol. II, pp. 81-82.

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