Don Pedro Fernández de Castro, VII conde de Lemos y III conde de Andrade, visitó la villa de Pontedeume en 1615, después de largos años de ausencia por sus ocupaciones en la Corte y en el virreinado de Nápoles, y el Ayuntamiento decidió hacer en su honor:

...algunas fiestas en su recibimiento y despedida (...) como son arcos triunfales, poner las armas de S.E. en las puertas de la villa, pólvora, cohetes y cucañas de fuego, danzas, correrías de armas y otros regocijos que están acordados”.

Los trabajos de pintura fueron encomendados al pintor vecino de Betanzos Blas de Mariño que tuvo que esperar cuatro años para que el Concejo le pagase los 150 reales acordados “
por la pintura de dos escudos de armas y otras cosas y banderillas que pintó para el recibimiento de Su Exa.”.

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REFERENCIAS:


COUCEIRO FREIJOMIL, Antonio,
Historia de Pontedeume e a súa comarca, Dirección Xeral de Política Lingüística, Santiago, 1995 [1944], p. 276.
PÉREZ COSTANTI, Pablo,
Diccionario de Artistas que florecieron en Galicia durante los siglos XVI y XVII, Imprenta del Seminario Conciliar Central, Santiago de Compostela, 1930, p. 357.