El 18 de Julio de 1746 se recibió en Tui la noticia del fallecimiento de Felipe V y poco más tarde llegaron cartas del Gobernador de Galicia y de Fernando VI ordenando que se hiciesen honras fúnebres por el rey muerto y la proclamación y alzamiento de pendones de Fernando VI. De inmediato se prepararon solemnes exequias por Felipe V (“
se haga el tumulo alto y con la mayor decencia de luces y hornato y que se publique la esperada función”), se comunicó la noticia a la provincia y comenzó a organizarse la proclamación, para la cual los capitulares encargaron a Madrid retratos de cuerpo entero de los reyes ("cuide en mandar hazer los mencionados dos retratos, de cuerpo entero, bien esculpidos, y con la maior limpieza y encaminarlos para que dispuestos sus marcos se pongan en el pasaxe más cómodo a la reverencia que se merezen en la Sala Consistorial").

Como en otros casos, se pospuso el luto, las exequias se aplazaron hasta el 29 de octubre y se hizo primero la proclamación y las "
festibas demostraciones, propias de nuestro estado y de la constante lealtad que ocupa nuestro corazones", las cuales duraron tres días (18-20 de septiembre). Consta que el ayuntamiento decidió ofrecer para la proclamación "algunos dias de comedias para maior diversion del pueblo, en sus naturales y mas que concurrieren de afuera a zelebrar tan plausible noticia". Para las mismas se buscaron "algunos sujetos de ynteligencia" y se le encargó la organización al "Ayudante Don Phelix Arredondo", al cual hubo que sustituir en sus funciones de sorteo de milicias por los partidos judiciales de la provincia para que pudiese encargarse de las comedias (Libro de acuerdos de 1746, fols. 271-273).

En las Actas municipales tudenses hay abundantes datos sobre la ceremonia de alzamiento de pendones, con los habituales tres
¡Vivas! y los gritos de ¡Galicia, Galicia, Galicia por el señor Don Fernando el Sexto!. Precedido por un Te Deum en la catedral, el cortejo de los pendones recorrió las calles con la Ciudad en traje de gala, los caballeros en monturas ricamente enjaezadas y "los musicos de chirimias, y bajones (...) y los tambores y el clarin". La ceremonia de proclamación se hizo en un tablado "primorosamente adornado con colgaduras encarnadas", presidido por los retratos reales cobijados por un dosel, ante las Casas Consistoriales cuya fachada estaba decorada con colgaduras. Al finalizar hubo repique de las campañas y del reloj, y salvas de fusilería de las milicias. Se repitieron los ¡Vivas! en la plazuela de la entrada de la ciudad y en la del convento de las monjas. Acabada la ceremonia política comenzaron las fiestas con un "conbite general", seguido por las comedias, luminarias e iluminaciones las tres noches, música, fuegos artificiales y "los Gremios con sus danzas", todo con abundante presencia de público, entre él muchos portugueses.

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REFERENCIAS:

Arquivo Municipal de Tui.
Libro de acuerdos de 1746, sig. 1.1.8.5683-1 (olim 867), fols. 260-97. Disponible: http://arquivo.galiciana.gal/arpadweb/gl/consulta/registro.do?id=1512075

BARRIOCANAL LÓPEZ, Yolanda, "Cultura simbólica y artificio en las festivas demostraciones con que Galicia celebró la aclamación de Fernando VI", en:
Minius, nº 4 (1995), pp. 131-140 (p. 136). Disponible: http://minius.webs.uvigo.es/docs/4/art13.pdf
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