En la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Gracia de Talavera la Real (Badajoz) se conserva un Cristo yacente articulado (
Cristo de las Ánimas por la advocación del retablo en el que se encuentra en la actualidad), con el que se hacía el Descendimiento.

Es una obra barroca de 1746 encargada por la
Hermandad y Cofradía del Santo Entierro de Nuestro Señor Jesucristo, fundada en 1745 (la urna la hizo en el mismo año de 1746 Juan Ramos de Castro, tallista de Jerez de los Caballeros, y fue dorada por Marcos Hernández, pintor y dorador de Badajoz en 1747). La cofradía pagaba al predicador que decía el sermón del Descendimiento del Viernes Santo y al muñidor que pregonaba la ceremonia. Según la Revista de Semana Santa de Talavera la Real de 1996:

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Los actos se centraban en el altar de Ánimas, donde se levantaba el Monumento, adornado de cortinajes, manteles, estandartes, flores, velas, cirios, donde se situaría el Santo Sepulcro con una urna dorada. La tarde del Viernes Santo, tras el sermón del predicador, se realizaba el descendimiento de Cristo de la Cruz (un Cristo articulado en la Cruz que aún se conserva en el altar de Ánimas y cuyo retablo desapareció en un incendio).
Los cofrades ponían en escena este pasaje de la Pasión de Cristo rodeados de todos los elementos propios de una representación teatral: columna con un gallo, escalera, lanza, esponja, martillo, tenazas y clavos de madera.
El cuerpo de Cristo se colocaba dentro de la urna dorada con cristales y a continuación tenía lugar la procesión, a la que asistían todos los eclesiásticos vestidos con sobrepellices, 4 hermanos o devotos con las moradas, otros cuatro portando faroles, otros con cirios, diademas e insignias, un devoto llevará la Cruz y el alcalde el estandarte de la Cofradía, una muchacha vestida con una túnica negra interpretaba el papel de la Santa Mujer (Verónica) y llevaba en sus manos el sudario de Cristo, con ella iban cuatro angelitos. Salían también los pasos de la Magdalena, vestida con túnica negra, y San Juan Evangelista con túnica morada y diadema.
Una vez concluida la Procesión se colocaba la imagen de Cristo en la urna preparada en el Monumento del Santo Sepulcro en el Altar de Ánimas donde se velaba hasta la mañana de Pascua. Este día por la mañana se celebraba la Procesión (¿del Encuentro?) a la que asistía también la Santa Mujer acompañando a los pasos de Cristo Resucitado, que llevaba una banda encarnada con flecos, la Magdalena, con manto verde adornado con galón de oro fino, y San Juan Evangelista"
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La
Hermandad del Santo Entierro de Talavera estaba formada por eclesiásticos que hacían la ceremonia con “un señor crucificado que está en el Altar de Ánimas que sirve para el descendimiento de la Cruz" y disponían de "seis clavos, los tres grandes y tres pequeños que sirven para el Descendimiento". A continuación sacaban la imagen yacente en andas, que solo los clérigos podía portar: “Que en dicha prozesiones de el Viernes Santo han de ser obligados dichos eclesiásticos ya de maiores o ya de menores a llebar en hombros las Andas de el Santo Entierro de Xpto sin permitir que las tomen secular alguno” [1].

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[1] Archivo Parroquial Talavera la Real (APTR).
Libro de cuentas del Santo Entierro (Años 1746-1841). Cf. García Cienfuegos, p. 4).

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REFERENCIAS:

GARCÍA CIENFUEGOS, Manuel, "El descendimiento de la cruz. Una ceremonia religiosa suprimida que se celebraba el Viernes Santo. Puebla de la Calzada (Badajoz), año 1795". Disponible:
https://www.academia.edu/23492034
GARCÍA de PASO REMÓN, Alfonso,
Arte y Dramaturgia del Descendimiento de la Cruz en España, Asociación para el Estudio de la Semana Santa, Estudios Monográficos nº 4, Zaragoza, 2019, cat. nº 342.

En internet:
http://cronicasdetalavera.blogspot.com/2007/10/hermandad-y-cofrada-del-santo-entierro.html