En Lisboa está documentada la ceremonia litúrgica de la
Depositio hostiae desde el siglo XV (Crónica del Infante Santo Don Fernando y Leal Conselheiro de Dom Duardos), y se seguía haciendo con una hostia consagrada en el siglo XVI (alude a ella Gil Vicente en 1518 en su Auto da Alma), y en el XVII (noticias de 1607 y 1618).

En los siglos XVI y XVII hay pruebas de que se hacía con una imagen de Cristo en la iglesia del convento de la Anunciada (cf.
FICHA nº 871: https://juliomontanes.synology.me/bases/articulados/?-table=articulados&-action=browse&-cursor=871), en la Trinidad (1640) y en la de los benedictinos, y que de la misma manera se seguía haciendo en el siglo XVIII (Ferreira de Abreu, 1738), y a principios del XIX (1803, Processionale ac rituale romanum cum officio sepulturae...), cantándose en latín los versos del Heu!, como en la catedral de Braga (cf. FICHA nº 603: https://juliomontanes.synology.me/bases/articulados/?-table=articulados&-action=browse&-cursor=603) y otras muchas localidades portuguesas:

.................................................................... "Heu! Heu! Domine!
.................................................................... Heu! Heu! Salvator noster!"

La sustitución de la hostia por una imagen se justificaría, según algunos autores, por las disposiciones de obispos ilustrados, que en la segunda mitad del XIX prohibieron las procesiones del Santo Entierro por los
abusos que se producían en ellas (Sousa Bastos dice que eran una "verdadeira mascarada" en la que intervenían numerosos vecinos caracterizados como personajes bíblicos). La ceremonia de la Descida da cruz se hacia primitivamente en la iglesia del convento de la Trinidad [1] y en la de los benedictinos (Nossa Senhora da Estrela), y hay también algunas noticias de la ceremonia del Entierro en la iglesia de los italianos (Nuestra Señora de Loreto), con un Cristo yacente de brazos fijos que se conserva en el banco del retablo de la Virgen de la Soledad de dicho templo (Foto 2).

La
Gazeta de Lisboa del 6 de abril de 1831 (cf. https://books.google.es/books?id=hPIvAAAAYAAJ&pg=PA326), menciona la recuperación en ese año de la antigua ceremonia en la iglesia de los benedictinos, la cual se hacía en ella por los miembros de la Real Irmandade de Nossa Senhora das Angustias desde el siglo XVII, pero había dejado de hacerse en la segunda mitad del XVIII: "ha setenta anos se tinha interrompido pelas calamidades dos tempos" [2].

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[1] En la Trinidad se hacía también la procesión del
Enterro do Senhor, y a imitación de ella se introdujo en 1674 en la iglesia de la Misericordia de Cascais.

[2] El cronista de la
Gazeta se refiere al terremoto de 1755, el cual, seguido de un tsunami y de un incendio, destruyó casi completamente la capital portuguesa. Hasta mediados del siglo XVIII hubo en Lisboa talleres de escultura que hacían cristos articulados para atender la demanda de las colonias de Brasil, y sabemos que hacia 1749 la Irmandade do Santíssimo Sacramento de Santa Bárbara (Minas Gerais) encargó en Lisboa "uma imagem para o Descendimento".

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REFERENCIAS:

ABREU, Raymundo Ferreira de, Directório de Ceremónias de Coro, e Parochos. Muy util, e necessario para todo o Sacerdote..., Officina de Antonio de Sousa da Silva, Lisboa, 1738, pp. 122 ss.
BASTOS, Antonio Sousa,
Lisboa Velha: sessenta anos de recordações, 1850 a 1910, Cámara Municipal, Lisboa, 1947, p. 91.
CORBIN, Solange,
La Déposition Liturgique du Christ au Vendredi Saint: Sa place dans l'historie des rites et du théâtre religieux (Analyse de documents portugais), Livraria Bertrand-Les Belles Lettres, Lisboa- París, 1960, pp. 139 y 278.
MONTI, James,
A Sense of the Sacred : Roman Catholic Worship in the Middle Ages, Ignatius Press, San Francisco, 2012.