El Descendimiento se hace en Icod de los Vinos (Tenerife) con un Cristo de finales del siglo XVI en pasta de maíz, obra indiana cuya llegada a la isla de Tenerife se produjo por el legado de los emigrantes canarios en América. La talla fue comprada por Gaspar de Torres en Yucatán (México) a finales del siglo XVI. Más tarde el Cristo fue heredado por su mujer, Inés de Montes de Oca, la cual lo donó al convento agustino de San Sebastián de Icod, el 12 de diciembre de 1587, indicando que había hecho traer de "
Nueva España una imagen de Nuestro Señor Jesucristo Crucificado y lo ha dado a dicho convento de San Sebastián (...) para las proseçiones que la dicha cofradía haze en cada un año en el Juebes Santo de cada vn año. Y que con esta condiçión lo abía dado, por lo que dixeron que se obligaban e obligaron por ellos y por el prior y flayres que susedieren en el dicho conbento y obligaron al conbento de que todas las beses que por el priost[e] y mayordomos de la dicha cofradía de la Misericordia y de la persona que lo debe en su nonbre pedir les fuere pedido la dicha ymagen para la usar en la proseçión que acostunbra de hazer en la Semana Santa de cada vn año lo darán y entregarán llanamente, sin poner ningún ynconvinmiente ni escusa alguna".

Desde ese momento y a petición de su antigua propietaria, los frailes cumplieron el compromiso de ceder la imagen cada Jueves Santo a la Cofradía de la Misericordia de la parroquia, para que le rindieran culto en la celebración del Descendimiento y Entierro, responsabilizándose de su posterior retorno al convento. En relación con dicha función, Rodríguez Morales ha recuperado una referencia bibliográfica que había pasado inadvertida para la historiografía insular, y que en Sevilla sólo se valoraba en clave local, donde se alude a un contrato firmado en Sevilla en 1592 entre Baltasar de Torres y el pintor de imaginería Miguel Vallés, obligándose este último a hacer “
un sepulcro de madera de la echura” del que tenía la Cofradía de la Soledad de la ciudad andaluza.

El dicho Baltasar de Torres —de quien la escritura señala únicamente era vecino
"de la ysla de Tenerife"— era hijo de Gaspar de Torres e Inés de Montes de Oca y fue primer patrono del Convento de San Sebastián. Esta referencia y el estudio material de la pieza llevan a Amador Marrero a pensar que la imagen fuera ya articulada desde su origen, y no transformada como se puede plantear para otras del momento, si bien el uso de cuero para cubrir las articulaciones de esculturas móviles en México es poco frecuente, existe el caso del Señor del Santo Entierro de Santo Domingo en Oaxaca, y en Canarias la única pieza que presenta el uso de piel es este Cristo Difunto de Icod de los Vinos. Después de la desamortización, el Cristo pasó a la parroquia de San Marcos, encontrándose en la actualidad en una hornacina a modo de nicho, dispuesta en el banco de uno de los retablos laterales, el del Calvario. En cuanto a sus cultos y manteniendo aún su carácter procesional, las celebraciones del Descendimiento y Entierro solo se hacen en la actualidad cada cinco años.

García de Paso Remón afirma que la importancia de la exportación del rito del Descendimiento a tierras americanas radicó no sólo en su protagonismo en la evangelización, sino también en que, en su representación, fueron introduciéndose novedades; entre ellas, se puede indicar, por ejemplo, el recitado del sermón por parte de un orador, al tiempo que se va representando lo que se narra. Este historiador propone que el itinerario bien pudo ser: Nueva España-Perú-Canarias-Sevilla y posterior difusión por la Península. La Función del Descendimiento tal y como como se conoce después de Trento sería una evolución de la Deposición paralitúrgica que tiene su origen en las misiones coloniales americanas, donde los misioneros adoctrinaron con las imágenes a los pobladores, para lo que idearon unas formas visuales basadas en el teatro, aportando tramoyas y efectos especiales que hicieran más impactante y creíble lo que allí se estaba celebrando. El éxito de estas formas de celebración llegaría a España, ya convertido en Función del Descendimiento, primero a Canarias y posteriormente Sevilla y al resto de Castilla (Madrid, Salamanca). El uso del Descendimiento por la iglesia postridentina es como acto de piedad, sin olvidar su aspecto didáctico catequizador dirigido a los fieles españoles. Después de Trento es cuando las cofradías se hacen cargo de la representación del Descendimiento entre sus celebraciones de Semana Santa. Las primeras cofradías, anteriores a Trento, que acogieron posteriormente la Función del Descendimiento entre sus actos. Tienen principalmente por advocación: de la Soledad o del Santo Entierro.

Es evidente, sin embargo, la existencia de ceremonias del Descendimiento antes de Trento, al menos desde principios del siglo XIV y probablemente antes, pero es cierto que después de Trento, una vez renovada la Función del Descendimiento en tierras americanas, la antigua ceremonia paralitúrgica se convierte en un acto mimado donde los actores siguen las directrices de un predicador que es fundamental para el éxito adoctrinador y didáctico del acto. Como acompañantes de la Función del Descendimiento surgen el
Sermón del Descendimiento y el Sermón de las Siete Palabras, ambos centrados en la presentación de las aflicciones y bondades de Cristo y su Madre como ejemplo para el auditorio.

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REFERENCIAS:

AMADOR MARRERO, Pablo F.,
Traza española, ropaje indiano : el Cristo de Telde y la imaginería en caña de maíz, Ayuntamiento de Telde, 2002, p. 55. Disponible: https://mdc.ulpgc.es/cdm/ref/collection/MDC/id/34600
AMADOR MARRERO, Pablo F., Imaginería ligera novohispana en el arte español de los siglos XVI y XVII : Historia, análisis y restauración [Tesis Doctoral], Universidad de Las Palmas, Las Palmas de Gran Canaria, 2012, pp. 274 ss. y cat. nº 39. Disponible: https://dialnet.unirioja.es/servlet/tesis?codigo=78165.
GARCÍA de PASO REMÓN, Alfonso, Arte y Dramaturgia del Descendimiento de la Cruz en España, Asociación para el Estudio de la Semana Santa, Estudios Monográficos nº 4, Zaragoza, 2019, p. 119, figs. 14 y 138 y cat. nº 180.
GÓMEZ LUIS-RAVELO, Juan, "El Descendimiento. Una ceremonia de origen medieval en Ycod", en:
Semana Santa. Revista del patrimonio histórico-religioso de Ycod, Icod de los Vinos, 1995, s/p.
GÓMEZ LUIS-RAVELO, Juan, "De la historia de la Semana Santa de Icod. Celebraciones del Jueves Santo en los siglos XVI, XVII. Las primeras congregaciones y su imaginería de culto", en:
Revista del patrimonio histórico-religioso de Ycod, Icod de los Vinos, 1999, pp. 9-12.
MARTÍNEZ de la PEÑA GONZÁLEZ, Domingo, "El escultor Francisco Alonso de la Raya", en
Anuario de Estudios Atlánticos, nº 13 (1967), pp. 449-486 (p. 481). Disponible: https://mdc.ulpgc.es/cdm/singleitem/collection/aea/id/1110/rec/13

En internet:
https://es.wikipedia.org/wiki/Se%C3%B1or_Difunto_de_Icod_de_los_Vinos