La
Hermandad del Santo Entierro o Hermandad de los 33 de la villa de Orgaz (Toledo), fundada en el año 1629, estableció en sus Constituciones la obligación de los Hermanos de velar al crucificado durante tres horas el Viernes Santo en la iglesia parroquial de Santo Tomás y, "acabadas las tres horas, subirán dos sacerdotes a la Cruz, y desclavarán el Santo Cristo y bajándole con una toalla grande, le pondrán en el sepulcro. El Cristo tenía los brazos articulados y a continuación era llevado "en procesión, haciendo el entierro de Cristo, hasta dejarle en un altar adornado con candelas en la ermita del bienaventurado Santiago". Las Constituciones de 1629 así lo especifican:

Constitución cuarta.- Dentro de estas tres horas, habrá sermón acerca de los dolores e ignominias que Cristo Nuestro Señor pasó en la cruz, o acerca de la soledad de María la Virgen Santísima, viendo muerto a su hijo, y para este sermón convidarán predicador los dichos hermanos con acuerdo del cura de la villa.

Constitución quinta.- Han de asistir los hermanos, en las tres horas, con túnicas negras, y cada uno con su lámina al pecho, y que esté pintada una cruz, y los sacerdotes con sobrepelliz; y acabadas las tres horas, subirán dos sacerdotes a la Cruz, y desclavarán el Santo Sepulcro y bajándole con una toalla grande, le pondrán en el sepulcro y le llevarán en procesión, haciendo el entierro de Cristo, hasta dejarle en un altar adornado con candelas en la ermita del bienaventurado Santiago, y llevarán la imagen de Nuestra Señora detrás del Santo Cristo.

Constitución sexta.- "... Irán cuatro niños vestidos de ángeles con los pasos de la pasión y a continuación Cristo puesto en su sepulcro en hombros de sacerdotes, los cuales podrán ser seguidos por los hermanos sin número determinado, y últimamente los demás sacerdotes en el medio con el cura beneficiado de la villa, llevando la capa que se acostumbra en semejantes procesiones. Irá delante una caja con el Cristo, y cantarán el salmo del Miserere.
Acabada la procesión, al tiempo de colocar o poner el Santo Cristo en el altar, cantarán los cantores aquel salmo responso, el mismo de las tinieblas del Sábado Santo: 'Sepulto Domino'. Y volverá la procesión a la Iglesia dejando el Santo Cristo en la ermita de Santiago".

En 1661, según el acta del Cabildo de sacerdotes y clérigos de Orgaz con los mayordomos y cofrades de la
Hermandad de los 33, se acordó:

"
Lo primero, que el cabildo de los señores sacerdotes y de orden sacro se obligan a asistir con los esclavos todos los días de viernes santo con sus sobrepellices desde las doce del día hasta las tres de la tarde a la oración y sermón en la Yglesia parroquial de la villa. Y desclavar al Santo Cristo y acompañar la procesión con su guión llevando en sus hombros el sepulcro sobre las andas y la imagen de Nuestra Señora de la Soledad para mayor decencia y veneración, y volver con Nuestra Señora de la Soledad a la Iglesia, y encomendar a Dios a los dichos esclavos en nuestros sacrificios como a nuestros hermanos. Y si acaso algún señor sacerdote o clérigo de orden sacro del dicho cabildo faltare a las dichas tres horas y procesión no estando legítimamente ocupado, que el sábado el cabildo según su costumbre le pene para obligar cumplir esta obligación".

El Cristo yacente, que en la actualidad se conserva en la ermita de la Concepción y saca la Hermandad en la procesión del Santo Entierro (Foto 2B), es una imagen moderna de brazos fijos y no está claro con qué imagen se hacia antiguamente la ceremonia. Creo probable que fuese con el denominado
Cristo del Consuelo (Foto 1), una talla en madera de cedro de mediados del siglo XV que debió de estar articulada. En el breve informe de Joaquín Cruz Solís, restaurador de la imagen en 1964 (Archivo del Instituto del Patrimonio Cultural de España, signatura: BM 205 / 10), se indica que la imagen está forrada de tela de lino y pintada por encima al óleo, como los cristos articulados de Burgos, Ourense, Fisterra y Palencia, y que sus "brazos son falsos con un gran grueso de pasta alrededor". Dicha afirmación lleva a pensar que habían estado articulados, y en fotografías antiguas se aprecian indicios de la existencia de las articulaciones (Foto 2A), lo cual, a su vez, permite remontar al siglo XV el origen de la ceremonia del Descendimiento en Orgaz [1].

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[1] Otro indicio de que se trataba de una imagen
animada lo tenemos en la leyenda popular, trasmitida por Juan de Moraleda y Esteban, que afirma que encontrándose la imagen arrumbada y descuidada en la casa de los frailes, durante una Semana Santa un predicador se hospedó en la casa, y mientras ensayaba su sermón junto al Cristo, vio como la cabeza de la imagen comenzó a moverse y pronunció frase: «¡Que olvidado me tenéis!»

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REFERENCIAS:

MORALEDA y ESTEBAN, Juan de,
Historia de la muy noble, antigua y leal villa de Orgaz, Gomez Menor, Toledo, 1964. Disponible: http://www.villadeorgaz.es/MORALEDA-Villa-Orgaz.pdf.

En internet:
GÓMEZ FERNANDEZ-CABRERA, Jesús:
Villa de Orgaz. Disponible: http://www.villadeorgaz.es/orgaz-religion-33.html
Informe de Restauración del Cristo del Olvido: http://www.villadeorgaz.es/Orgaz-Restauracion-Cristo-Olvido.pdf
Acta de la reunión del Cabildo de sacerdotes y clérigos de Orgaz con los mayordomos y cofrades de la Hermandad de los 33 (17/04/1661). Libro donde se asientan los miembros de la Cofradía de los 33. Años 1629-1994, folios 58 y 59. Archivo Parroquial de Orgaz, sig. 143/C58. Disponible: http://www.villadeorgaz.es/1661-04-17_Acta%20de%20la%20reunion%20del%20Cabildo.pdf