Desde 1559 el arzobispo compostelano Gaspar de Zúñiga y Avellaneda fomentó la fundación de cofradías del Sacramento en las villas de su jurisdicción y las cofradías del Corpus se extendieron por la diócesis compostelana (había 3 en 1548, en 1594 eran 57 y a finales del siglo XVIII más de 900). En el siglo XVII la fiesta ya se celebraba en buena parte de las parroquias gallegas, tanto urbanas como rurales, en estas últimas algunas veces también incorporando danzas y música como en las villas y ciudades. En 1594 se fundó la cofradía de Bama (Touro) y siguió habiendo fundaciones hasta bien entrado el siglo XVIII en la diócesis compostelana. En el caso de San Vicente de Bama la documentación, estudiada por Fernando Suárez Golán, es abundante. Las Constituciones de 1594 establecían una cuota de entrada de 1 libra y media de cera "o su precio" y 2,5 reales anuales "por razón de comida y caridad". En 1678 se fijó la entrada en 4 reales y las caridades en 1,5. Hacia 1754, las cuotas se reducían a un real, al haberse suprimido la comida de hermandad, comensalismo tolerado en el siglo XVII por los prelados en el cual se gastaban cantidades notables [1].
En 1754 se actualizaron las Constituciones del Santísimo de Bama y se hizo constar que aunque la cofradía había empezado siendo voluntaria "pasó a ser necesaria [...] porque los vecinos de la parroquia convinieron en que todos los que se casasen en ella o llegasen a ser cabezas de casa desde aquel mesmo año fuesen cofrades". En esa época consta que se compró una cruz de plata para las procesiones y que se suprimió el canto solemne de las vísperas. En 1755 ya había desaparecido por la dificultad y el coste de encontrar sacerdotes para cantarlo, y por "la repugnancia y poca deuoción de gentes labradoras para concurrir a lo que no entienden". Las noticias sobre la dimensión espectacular de los festejos son escasas pero consta que la cofradía de Bama pagaba gaiteiros y que en la fiesta se jugaba a las cartas (se compraron barajas de naipes en 1603, 1605 y 1614). Debió de haber también danzas en las procesiones del Corpus, ya que sabemos que las había en las fiestas del Rosario (en 1613 el visitador arzobispal ordenó celebrar una "gran fiesta con sus danzas y regozijos").
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[1] En 1595 la cofradía del Santísimo de Barna gastó 48 rs. en una vaca, 15 reales en dos carneros, 101 en nueve canadas de vino y 60 maravedíes en dos gallinas, a lo que hay que añadir trece ferrados de trigo valorados en 43 reales. En 1600 las cantidades continuaban en niveles similares, si bien había aumentado el precio: se destinaron 66 reales a la compra de una vaca, mientras que por dos carneros, dos gallinas y cinco pollos se pagaron 26 reales. En los años siguientes, el consumo anual se incrementó ligeramente. Entre 1601 y 1604 la cofradía consumió ocho reses vacunas, doce piezas de ovino, 34 gallinas o pollos y 47 canadas de vino, aparte de las especias y el estipendio del cocinero, lo que equivale a un consumo anual de dos vacas, tres carneros, 8,5 gallinas y unas once canadas de vino, si bien los precios oscilaban de un año a otro (cf. Suárez Golán, pp. 505-506). En el siglo XVIII, sin embargo, los arzobispos compostelanos intentaron suprimir estas pitanzas (entre 1724 y 1740, hay un total de quince prohibiciones de cofradías de comida en un total de nueve arciprestazgos), aunque hay también noticias de localidades en las que se toleró la costumbre, ya fuese para evitar la desaparición de la cofradía por deserción de los cofrades, ya por el informe favorable del párroco (cf. González Lopo (1996), pp. 431 ss.). Las prohibiciones argumentaban que las pitanzas consumían los recursos económicos de las cofradías, pero los datos de Domingo González Lopo demuestran lo contrario, además de documentar la existencia de Cofradías del Santísimo en buena parte de las parroquias rurales del arzobispado de Santiago, entre ellas: San Julián de Coiro (Faro), San Salvador de Padreiro (Céltigos), San Vicente de Aguasantas (A Mahía), San Martín de Candoas (Soneira), o San Pedro de Cambás (Pruzos), las tres últimas "de comida" pero toleradas por los visitadores arzobispales "porque no se extinguiese la cofradía”.
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REFERENCIAS:
Archivo Histórico Diocesano de Santiago (AHDS), Cofradía del Santísimo de Bama. Libro 1, fol. 13v, y Libro 2, fol. 2r.
GONZÁLEZ LOPO, Domingo, “Aspectos de la vida religiosa barroca: las visitas pastorales”, en: Sémata. Ciencias Sociais e Humanidades, Universidad de Santiago, nº 7-8 (1996), pp. 427-437 . Disponible: http://hdl.handle.net/10347/4739.
SUÁREZ GOLÁN, Fernando, “Sociabilidad campesina y cultura religiosa en el interior de la diócesis de Santiago (siglos XVI-XIX)”, en: Compostellanum: revista de la Archidiócesis de Santiago de Compostela, vol. 51, nº 3-4 (2006), pp. 491-524. Disponible: https://www.academia.edu/1405700.
En internet:
La Fiesta del Corpus y el Teatro en Galicia (Julio I. González Montañés): https://teatroengalicia.juliomontanes.synology.me/corpus.htm