En el
Entroido de Sande (Cartelle) las máscaras se denominan Bonitas (cf. FICHA nº 35: https://juliomontanes.synology.me/bases/mascaras/?-table=mascaras&-action=browse&-cursor=34) pero salen también una Vaca y un Oso vestido de pieles y saco, similar al de Salcedo aunque con máscara de latón y tela, que se enfrenta con las Bonitas y otras máscaras en una lucha a latigazos (Foto 2).

En Galicia tenemos noticias de una Danza del Oso en Betanzos (A Coruña) que pervivió hasta 1914, y todavía siguen saliendo máscaras de oso, además de en Sande, en Salcedo (Pobra do Brollón-LU) y en Manzaneda, y hay noticias de su existencia pasada en San Pedro de Moreiras (Toén, Ourense), en Vilariño de Conso, Buxán (O Bolo), en Cotobade (Tenorio y Almofrei) y en la zona de Pedrafita (Lugo). En todos los casos los disfraces se confeccionan con pieles de oveja, lo mismo que el de O Bicho del carnaval de Viana do Bolo que solo se distingue de los anteriores en la máscara.

    Para muchos folkloristas estas danzas del oso representadas en los meses de Enero y Febrero serían pervivencias de un antiguo mito, un rito de deshibernación de origen prehistórico. Es posible, pero sólo se conserva documentación sobre ellas desde la época medieval. Ya en el siglo IX el arzobispo Hincmar de Reims condena ciertos “vergonzosos juegos con osos” (
turpia joca cum urso) y las “danzarinas” y “máscaras demoníacas” que en ellos se utilizaban (vel tornatricibus ante se facere permittat nec larvas daemonum qua vulgo talamascas dicunt), lo que prueba que no se trataba simplemente de osos bailarines sino de espectáculos más desarrollados que muchos autores no han dudado en considerar verdaderos dramas clasificables dentro del teatro carnavalesco. El tema de la caza del oso es también habitual en los romances de caballerías (Valentin et Ourson) que en ocasiones dieron lugar a representaciones populares, como la catalana de Rosaura de l’Os que se escenificaba anualmente el día 24 de febrero, al menos desde 1444, y pasaron al teatro culto posterior (Ursón y Valentín de Lope de Vega).

     El oso se relaciona con el 
salvaje y es un motivo muy extendido en el folklore europeo el mito de la mujer raptada por un salvaje o un oso con el que concibe un hijo. Desde la Edad Media, los cortejos de Carnaval contaban frecuentemente con un grupo de hombres o mujeres salvajes y muchos perviven en la actualidad. Todavía hoy en el carnaval de Basilea (Suiza), vivido casi como una fiesta litúrgica, salen cortejos de hombres salvajes enmascarados y es probable que las corrozadas de Zamora y muchas máscaras gallegas tengan el mismo origen, al igual que otras mascaradas de invierno como la viejanera cántabra, que tenía lugar durante el día de fin de año con hombres disfrazados con pieles de animales y cencerros corriendo alocadamente y peleándose.

     Los datos de los siglos XVI-XVIII indican que estas mascaradas deben de ser una costumbre antigua y arraigada, aunque para algunos folcloristas, como Bausinger, en su forma actual tienen un origen cortesano siendo el resultado de la contaminación de los salvajes literarios y de los momos palaciegos con los orcos y mayos de la mitología popular. La cronología de los testimonios conservados así parece indicarlo, pero esto puede deberse a la escasez de registros sobre las fiestas populares no cristianas que normalmente conocemos solamente por disposiciones condenatorias. En el caso peninsular destaca la noticia del 
Codex Vigilanus o Albeldense (siglo X), en el que aparece una referencia a juglaresas que se disfrazaban con pieles e imitaban a estos seres míticos: qui in saltatione femineum habitum gestiunt et monstruose fingunt et maias et arcum et palam et simila exercent, pecado para el que se prescribe un año de penitencia.

    Máscaras de salvajes y otras de seres peludos o cubiertos de hojas y ramas están documentadas en las Entradas Reales, los torneos, las procesiones, y los 
momos y otras fiestas cortesanas además de, por supuesto, en el arte, medio en el que frecuentemente las representaciones muestran claros indicios de estar inspiradas en los salvajes y cachimorros reales que salían a las calles de aldeas y ciudades, ya que han perdido sus características “naturales” y parecen claramente hombres disfrazados con tipos caricaturescos y vestido lanudo que deja al descubierto manos y pies en una difícil transición (véanse, por ejemplo los de la sillería de coro de Xunqueira de Ambía (Ourense), o cuelgan de sus cinturones los cascabeles que los relacionan inequívocamente con las máscaras (Capilla de los Vélez en la catedral de Murcia).

    Además de su presencia en carnavales y mojigangas, estos salvajes disfrazados fueron muy frecuentes en las procesiones del Corpus, contexto en el que los tenemos documentados en Galicia en el siglo XVI. En Santiago de Compostela en 1565 el ayuntamiento dispuso, como hemos visto, una ordenación de las danzas gremiales del Corpus y se adjudicó a los armeros la representación de una 
dança de salbajes, danza que debía de ser habitual ya que en 1570 se repite con motivo de la entrada del arzobispo D. Cristóbal Fernández de Valtodano. También la cofradía de azabacheros, que representaba la batalla de Clavijo, llevaba en su cortejo dos cabalynos y salvajes y en otras ciudades gallegas debieron de existir cortejos de salvajes semejantes ya que en la ordenación compostelana se dice: ... los armeros y barberos con su danza de una docena de salvajes y un par de pelas al vso de la procesión de Pontevedra.

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REFERENCIAS:

ALBO, Francisco [apud GONZÁLEZ MONTAÑÉS, Julio I.], “Vellos parentes do Oso de Salcedo : O historiador Julio González Montañés sinala que a típica figura do entroido de Brollón tiña paralelismos nas festas de Betanzos e do municipio ourensán de Toén”, en: La Voz de Galicia, Terras de Lemos (04/02/2010), p. 4.
GONZÁLEZ MONTAÑÉS, Julio I., “O mundo do revés: Teatro de entroido en Galicia”, en:
Actas da XV Xornada de Literatura de Tradición Oral. Entroido: transgresión e tradición (Lugo, 22 de outubro de 2022), Asociación de Escritoras e Escritores en Língua Galega-Deputación Provincial de Lugo, Lugo, 2022, pp. 23-61 (p. 28). Disponible: https://www.aelg.gal/resources/publications/1677577450464actasXV_xornada_AH.pdf.
HERMIDA, Xermán, “Unha ducia de animais de Entroido”, en:
Culturagalega, 2020.. Disponible: http://culturagalega.gal/noticia.php?id=30786.

En internet:
Os Nosos Entroidos: Exposición de Traxes tradicionais e personaxes, Sala Valente, Ourense, 2021. Cf. Vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=DGP9GJbqFUs
Fotos
https://2.bp.blogspot.com/-KW8_d9hQvyY/XHw0MRLC0TI/AAAAAAAABoA/VuU-q1yAkXUR_qcFlgE97ftVfnK5pP9QgCLcBGAs/s1600/P1014448.JPG https://i.avoz.es/sc/3Dp-dAbF2f0rFlFH0R2doUiNR4A=/x/2017/02/28/00121488301261618697551/Foto/O28F7016.jpg https://i.avoz.es/default/2017/02/28/00121488301923170869998/Foto/O28F7014.jpg