Los farricoques de Gondomar y otros concellos del Val Miñor eran máscaras pobres confeccionadas con un saco de esparto con agujeros para los ojos, boca y brazos. Pertenecían al tipo denominado fustigador y llevaban un palo con conchas, latas o campanillas para hacer ruido en una mano y una escoba sucia en la otra con la que enferruxaban a quienes se ponían a su alcance. El mismo nombre de farricoques se les daba a las máscaras del entroido de Nogueira de Ramuín (Ourense) [1], y está también documentado en el norte de Portugal [2]. Normalmente eran varones, aunque hay algún caso documentado de mujeres que salían e incluso dirigían a los grupos de farricoques que recorrían las parroquias cantando coplas y pidiendo aguinaldos.
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[1] En Nogueira los farricoques eran máscaras trapalleiras y con chocas, que según algunos autores bailaban una danza lenta en corro: la danza de farricoques, en la cual una moza enmascarada ocupaba el centro del círculo y bailaba hasta ser reconocida por alguno de los farricoques varones.
[2] En el norte de Portugal se documenta además la variante farricoco, y en Braga se denomina así a los encapuchados que salen en Semana Santa por las calles haciendo sonar grandes carracas, portando pebeteros encendidos (fogaréus) y tocando tambores (cf. Foto 2).
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REFERENCIAS:
COCHO de JUAN, Federico, O Carnaval en Galicia, Xerais, Col. Universitaria, Vigo, 1990, pp. 184 ss. y 365.
En internet:
Superturonio, nº 16 (2004): http://www.edu.xunta.gal/centros/iesterradeturonio/?q=system/files/superturonio16.pdf
Lerias, nº 20 (2012): https://vdocuments.site/lerias-20.html