En la parroquia de Buxán (O Bolo) salen máscaras carnavalescas con tocados cónicos de mimbre (
puchos), decorados con espumillón y adornos navideños, cintas de telas de colores, flores y muñecos. Para muchos investigadores estos adornos serían en origen símbolos de fertilidad, y algunos como Mariño Ferro ven similitudes en su forma con los capirotes de los penitentes de la Inquisición y de la Semana Santa, aunque estos últimos no se introdujeron en Galicia hasta los años 40 del siglo XX. Antiguamente las caretas eran de madera tallada, pero en la actualidad son industriales: antifaces de tela y caretas de plástico variadas, aunque el origen de la mascarada es antiguo y algunos testimonios hablan de la existencia de un Oso como en Salcedo, Sande y otras localidades (cf. Foto 2, reconstrucción en el Museo do Entroido de Xinzo).

Hay además pruebas gráficas hasta 1986 de la existencia del
Rei das margaridas, con disfraz de monarca renacentista [1], corona vegetal y un ramo de margaritas en las manos (cf. Foto de Cristina García Rodero: https://www.museoreinasofia.es/coleccion/obra/rey-margaritas-viana-do-bolo-ourense), máscara que está documentada también en A Coruña en 1876 [2].

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[1] Cabe la posibilidad de que se trate de una parodia del rey inglés Enrique VII , conocido en Inglaterra como
El rey de las margaritas (The King of the Daisies) porque las llevaba en su escudo y las comía para "curar" su úlcera de estómago.

[2] Cf. ALFEIRÁN (2018), p. 142. En el caso coruñés parece que el Rey de las Margaritas era el propio
entroido, enterrado por la comparsa del Circo de Artesanos. El periódico El Telegrama (02/03/1876) describe así su cortejo fúnebre:
La mascarada bufo-fúnebre improvisada por los socios del Circo recreativo é instructivo de Artesanos, representando el entierro del Rey de las margaritas, (…) iba organizada en la forma siguiente:
Rompían la marcha una sección de gastadores, seguían dos tambores y un pífano que tocaban aires fúnebres muy conocidos en esta capital; detrás un estandarte alusivo al acto, después el difunto en traje de campaña abrazado á un enorme cañón de bronce, y colocado sobre una escalera que era conducido por cuatro llorones con ropajes blancos, detrás el gran sacerdote y la comitiva fúnebre: á los costados una infinidad de fantasmas alumbraban con blandones y velas de cera. (…)
Sin exagerar nada, podemos asegurar que detrás de la comparsa seguían mas de tres mil personas. Para mayor contraste todas las casas se hallaban vistosamente engalanadas e iluminadas, y las campanas de las parroquias no cesaban de repicar, no escaseando tampoco gran número de voladores que lanzados al espacio, parecían las descargas que por ordenanza correspondían al finado. Reciba el Circo de Artesanos nuestros mas sinceros plácemes por su nunca bien ponderada improvisación”.


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REFERENCIAS:

ALFEIRÁN, Xosé,
Choqueiros : Breve crónica histórica do carnaval coruñés, Concello da Coruña, A Coruña, 2018, p. 142. Disponible: https://www.coruna.gal/descarga/1453643467583/Choqueiros_Alfeiran.pdf.
COCHO de JUAN, Federico,
O Carnaval en Galicia, Xerais, Col. Universitaria, Vigo, 1990.
FIDALGO SANTAMARIÑA, Xosé Antón (coord.),
As caras do entroido ourensán, Diputación Provincial de Ourense, Ourense, 2009, pp. 261 ss.
GARCÍA RODERO, Cristina,
Transtempo, La Fábrica, Madrid, 2010.
GARCÍA SANTOS, Alfonso & SENÉN LÓPEZ GÓMEZ, Felipe,
Antroidos e máscaras na Galiza rural, Sermos Galiza, Santiago de Compostela, 2019, pp. 56-57.
MARIÑO FERRO, Xosé Ramón,
O entroido ou os praceres da carne , Edicións do Castro, Sada, 2003 (p. 52).

En internet:
Os Nosos Entroidos: Exposición de Traxes tradicionais e personaxes, Sala Valente, Ourense, 2021. Cf. Vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=DGP9GJbqFUs