La
Cofradía del Sacramento de Vilanova de Arousa (Pontevedra), fundada en el siglo XVII, organizaba y costeaba, de acuerdo con sus Constituciones, una danza mourisca [1] que debió de tener su origen en el Corpus. Posteriormente pasaron a hacerla los marineros de la cofradía de la Virgen de Pastoriza, el 12 de septiembre, día del Dulce Nombre de María, y en ocasiones en otras fechas bajo patrocinio de algún vecino. Según Sampedro y Folgar la componían doce hombres, vestidos, seis de ellos, de estopa o lienzo crudo castaño oscuro, con retales de tela de diferentes colores cosidos a ella, y tocados con una gorra en forma de casco abierto por delante. Los otros seis vestían pantalón blanco, fajas de seda y sombrero decorado con plumas. El Director se distinguía por llevar una coraza cubriéndole el pecho y, además, en una mano una pelica para abrirse paso y en la otra un palo largo decorado con flecos y telas de colores.

En la víspera del festejo los danzantes recorrían el pueblo y bailaban ante las casas principales, y el día de la fiesta recorrían las calles otra vez y asistían a la procesión bailando ante ella, y, ya dentro de la iglesia, hacían algunas figuras con reverencias y genuflexiones, retirándose en la misma forma. Esto último se prohibió por "
ciertos escándalos", y desde entonces lo hacían en la puerta, sin entrar en el templo.

Terminada la danza, los bailarines se separaban formado dos filas enfrentadas, compuesta cada una por los vestidos de la misma manera, y, armados todos de espadas, simulaban un ataque (la
Matanza) en el que los de seda y plumachos dejaban muertos a todos los moriscos (los vestidos de estopa), lo cual parece indicar que la danza de Vilanova recogida por Sampedro a finales del siglo XIX era la estilización de una representación más complicada del tipo de Moros y Cristianos [2], quizá surgida, o revitalizada, a finales del siglo XVII en relación con las derrotas sufridas por las escuadras turcas y berberiscas que desde principios de la centuria habían asolado las rías y apresado a numerosos marineros gallegos, de cabotaje y pescadores, entre ellos varios de Vilanova.

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[1] La denominación
mouriscada o danza / farsa mourisca aparece también en Portugal para referirse tanto a los simulacros dramatizados de batallas entre “mouros e cristãos” (Auto de Santo Antonio y Auto da Floripes), como las danzas ejecutadas por danzarines vestidos “à mourisca”, o, en ocasiones, por moros auténticos (denominados horros, había varios miles en Lisboa a finales del siglo XVII). Ambos tipos están documentados en las procesiones del Corpus desde el siglo XVI (Coimbra, Oporto, Guimarães, Braga...), fueron muy frecuentes en las touradas nobiliarias portuguesas de los siglos XVII-XVIII, y cuentan con manifestaciones en Brasil (cf. OLIVEIRA, Ernesto Veiga de, Festividades cíclicas em Portugal, Publicaçoes Dom Quixote, Lisboa, 1984, cap. 25). A las mouriscas y los mouros portugueses ha dedicado varios trabajos la investigadora Barbara Alge: ALGE, Barbara, “A memória colectiva religiosa em danças dramáticas de Penafiel, Sobrado e Braga”, en: Revista da Faculdade de Ciências Sociais e Humanas, Edições Colibri, Lisboa, nº 18 (2006), pp. 413-433; ALGE, Barbara, “O mouro como elemento comparativo em duas performances de mourisca em Portugal”, en: Trabalhos de Antropologia e Etnologia, Sociedade Portuguesa de Antropologia e Etnologia, Oporto, vol. 47, fasc. 1-4 (2007), pp. 71-92, y ALGE, Barbara, “They are Turks! - The emergence of meaning in the Auto da Floripes from Neves (Viana do Castelo, Portugal)”, en: Musicologica Wrtatislaviensia, nº 6 (2010), pp. 101-116. Al respecto de la antigüedad de las representaciones portuguesas de Moros y Cristianos, hay que señalar que en 1603 tenemos documentada una en la que los moros hablan castellano y los cristianos portugués (Carta de Diego Sarmiento de Acuña a Juan de Amézqueta. (Vigo, s.d.,-XII-1603):.— II/2110, 80. Correspondencia I:665).

[2] Las Danzas de espadas, muy abundantes en Galicia, se relacionan con las representaciones de Moros y Cristianos, ya que en el curso de ellas o a continuación de las mismas se representan en ocasiones los diálogos (Laza, A Franqueira...), o se escenificaba la lucha entre los danzantes (Santiago, Vilanova de Arousa, Betanzos...). Su existencia en algunas localidades con la denominación de
Farsa (Carril), ha sido considerada un indicio de su asociación con representaciones más complejas, hoy desaparecidas, y los datos que tenemos sobre la Danza de Corcubión (cf. FICHA: https://juliomontanes.synology.me/bases/morosycristianos/?-table=morosycristianos&-action=browse&-cursor=0&Numero==22), también apuntan hacia la existencia de una relación entre las Danzas de espadas y las representaciones de moros y cristianos.

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REFERENCIAS:

Archivo Diocesano de Santiago de Compostela. P022651: Vilanova de Arousa, San Cibrán.
Cofradía del Santísimo Sacramento 1674-1887.

ÁLVAREZ BLÁZQUEZ, José Mª,
Romerías gallegas, Ediciones Galicia-Centro Gallego de Buenos Aires, Buenos Aires, 1951.
AMADES i GELATS, Joan,
Las danzas de Moros y Cristianos, Institución Alfonso el Magnánimo-Diputación de Valencia (col. Etnología Valenciana, nº 4), Valencia, 1966, p. 82. Disponible: https://mdc.csuc.cat/digital/collection/joanamades/id/3676/
FERNÁNDEZ DEL RIEGO, Francisco, Danzas populares gallegas, Ediciones Galicia-Centro Gallego de Buenos Aires, Buenos Aires, 1950, p. 48.
GONZÁLEZ REBOREDO, Xosé Manuel,
Festas con representacións de mouros e cristiáns en Galicia e terras do noroeste veciñas, Edicións Fervenza, Silleda, 2019, pp. 297-298.
SAMPEDRO y FOLGAR, Casto, Cancionero musical de Galicia, Fundación Pedro Barrié de la Maza, A Coruña, 1942, p. 196. Disponible: https://vdocuments.es/download/cancionero-musical-de-galicia
TABOADA CHIVITE, Jesús, "Moros y Cristianos en Galicia y sus antecedentes bélico-religiosos", en: Actas del Congreso Nacional de Moros y Cristianos de Villena (agosto 1974), CSIC-Institución Fernando el Católico, Alicante, 1976, pp. 567-82.