Desde el siglo XVI consta la celebración de las fiestas de San Bartolomé, patrón de la villa de Noia, con música, regocijos y juegos de cañas (cf. documento de 1588 en LAGO), y en el siglo XVIII sabemos que los estudiantes de Gramática hacían representaciones teatrales en las fiestas (cf. FICHA nº 362: https://juliomontanes.synology.me/bases/representaciones/index.php?-table=representaciones&-action=browse&-cursor=0&Numero==362) [1]. Para el siglo XVII las noticias teatrales son escasas pero hay algunas referencias sobre la presencia de comediantes en las fiestas del Corpus y se conserva una cuenta muy detallada de los gastos de las fiestas de San Bartolomé de 1616, ya que no había mayordomos y la Justicia y Regimiento de la villa se hicieron cargo de la organización por medio del procurador general Bartolomé do Rial, el cual pagó dos comedias con entremeses, farsas el día y la víspera de la fiesta, músicos y danzas (cf. FICHA nº 505: https://juliomontanes.synology.me/bases/representaciones/index.php?-table=representaciones&-action=browse&-cursor=0&Numero==505).
En las cuentas constan los pagos a un "bolteador de muros", el cual debió de actuar los tres días de las fiestas ya que comió a cargo del ayuntamiento durante ellos. La denominación "bolteador de muros" es extraña (normalmente se habla de bolteadores / volteadores de maroma o de cuerda), y, de ser correcta la transcripción del documento, lleva a pensar que el saltimbanqui hacía sus equilibrios en una tapia, o como trapecista en una viga apoyada sobre un muro.
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REFERENCIAS:
LAGO, Gonzalo (=FABEIRO GÓMEZ, Manuel), “Noia en el siglo XVI”, en: Tapal, Noia, nº 6 (1952), p. 8. Disponible: https://www.cervantesvirtual.com/partes/251608/tapal-reproducion
FABEIRO GÓMEZ, Manuel, Páxinas históricas de Noia, Edicións Sementeira, Noia, 1990 (pp. 181-183).