Los
Cantares de Reis gallegos que todavía perviven, o lo hicieron hasta hace pocas décadas, en Cotobade (Pontevedra), Tomonde (Cercedo, Pontevedra), Pedrafita do Cebreiro (Lugo), Navia de Suarna (Lugo), Santa Marta de Moreiras (Ourense), A Mezquita (Ourense), Novefontes (A Coruña), San Antolín de Ibías (hoy Asturias) y otros muchos lugares de Galicia, la zona occidental de Castilla-León y el norte de Portugal [1], iban en muchos casos acompañados del uso de máscaras y vestuario de tipo carnavalesco. Solían terminar con un banquete popular presidido por un rei y un vicerrei elegidos para la ocasión, los cuales hacían su entrada en la localidad vestidos adecuadamente y montados en un carro que habían ido cargando de vino y comida regalada por los asistentes a sus actuaciones.

Destaca entre estas fiestas la de Santa María de Rao (Navia de Suarna), desaparecida en los años cuarenta del siglo XX pero conocida por descripciones e informes etnográficos, cuyos datos permiten establecer una relación directa con otras muchas mascaradas de invierno, de antiguo origen, extendidas por toda Europa y frecuentemente enlazadas con la festividad de los Reyes Magos. En este caso las máscaras eran las del carnaval:
Fole, Rodalo, Maragato, Madamas, el Médeco.., y como en el Entroido recurrían las aldeas haciendo representaciones, con músicos y un director vestido de militar. El Fole iba lleno de ceniza; el Rodalo, que llevaba máscara, hacía que arrastraba la tierra y que sembraba, y tiraba tierra a la gente; las Madamas eran dos hombres vestidos de mujer elegante; el Valenciano, vestido elegantemente, con sombrero de paja y con un bastón, iba de "niño bonito"; el Maragato, vestido como los arrieros de Astorga y con careta; el Médeco, hombre disfrazado de médico, le tomaba el pulso a la gente, y decía a las mujeres "non dude deixarse mirar", mientras intentaba auscultarlas; los Cantores y el Gaiteiro ponían la ambientación musical; el Militar, director vestido de uniforme; la Vasoira, hombre vestido de mujer que llevaba un escobón hecho con ramas punzantes.... Estas mascaradas estaban siempre formadas por hombres y es evidente su relación con las fuliadas del Entroido, del mismo modo que muchos Ranchos de Reis de la zona del Bajo Miño (Ponteareas, Salceda de Caselas...) actuaban también como Ranchos de Entroido.

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[1] Para los casos portugueses y sus pervivencias hasta la década de 1960, cf. DOS SANTOS JÚNIOR, J. Rodrigues, “Nótulas sobre a
Festa dos Reis”, en: Trabalhos de Antropologia e Etnologia, Universidade do Porto-Instituto de Antropologia Dr. Mendes Corrêa, Oporto, vol. 21, nº 2 (1973), pp. 164-168.

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REFERENCIAS:

GONZÁLEZ MONTAÑÉS, Julio I., “O mundo do revés: Teatro de entroido en Galicia”, en: Actas da XV Xornada de Literatura de Tradición Oral. Entroido: transgresión e tradición (Lugo, 22 de outubro de 2022), Asociación de Escritoras e Escritores en Língua Galega-Deputación Provincial de Lugo, Lugo, 2022, pp. 23-61. Disponible: https://www.aelg.gal/resources/publications/1677577450464actasXV_xornada_AH.pdf.
GONZÁLEZ REBOREDO, José Manuel; RODRÍGUEZ CAMPOS, Joaquín & GONZÁLEZ PÉREZ, Clodio,
Antropología y Etnografía de las proximidades de la Sierra de Ancares (2 vols.), Servicio de publicaciones de la Diputación Provincial de Lugo, Lugo, 1991 [2ª ed. 2000].
GONZÁLEZ PÉREZ, Clodio,
As festas cíclicas do ano, Museo do Pobo Galego, Santiago de Compostela,1991, pp. 19 y 37 ss.

En internet:
Galicia Encantada: https://galiciaencantada.com/lenda.asp?cat=17&id=1949
Arquivo Dixital del MPG: http://apoi.museodopobo.gal/view/subjects/EAB.html.