Son frecuentes en Galicia las quemas y entierros de
Mecos-Entroidos, normalmente peleles de paja vestidos que presiden los festejos. Sin embargo, en Cacheiras (Teo-CO) el Antroido es (o era) una persona a la que paseaban por las aldeas en un féretro portado por seis frades, vestidos de negro y con capuchones, hasta llegar al campo de la fiesta (cf. Foto). En el cortejo, encabezado por un abanderado, iban las máscaras y un grupo de viudas enlutadas (en realidad varones travestidos) como plañideras llorando a gritos la muerte del Santo Antroido [1]. Un crego (=cura) entonaba responsos y el cadáver era incensado con gomas quemadas que producían un apestoso humo negro, y al final el crego preguntaba al Antroido que tenía para las mujeres casadas, y para las solteras. Cuando hacía la primera pregunta se abría la mitad derecha del féretro saliendo de su interior un falo de gran tamaño, en medio de la risa de los espectadores, y con la segunda se abría la mitad izquierda y salía una fusta, símbolo quizás de castigo de la soltería.

Llegado el cortejo al campo de la fiesta el
Antroido abandonaba el ataúd y repartía golosinas a los niños, terminando la farsa de diferentes maneras cada año, en algunos casos enterrando al actor en una fosa que tenía un túnel que le permitía salir de ella sin ser visto. Una vez realizado el entierro el crego predicaba un sermón burlesco desde el palco de la música, siendo el predicador siempre el mismo y su cometido hereditario. González Reboredo y Mariño Ferro recogieron a finales de los años 70 y principios de los años 80 algunos textos (cf. FICHA nº 334: https://juliomontanes.synology.me/bases/teatrodeentroido/index.php?-table=teatrodeentroido&-action=browse&-cursor=0&Numero==324).

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[1] En numerosos lugares de Galicia el
Entroido-Meco es considerado un santo. Valgan como ejemplo las afirmaciones que Emilio Araúxo recogió en 1994 y 1995 en Vilaverde (Melón): "O santo Entroido din que é avogoso coma calquera dos santos. É un santo como outro calquera anque de palla (...). Os outros son de madeira e el de palla, pero tanto ten (...) O entroido tamén e santo. Porque que máis ten que sexa de palla, coma de pau coma de pedra?" (cf. ARAÚXO IGLESIAS, Emilio, Xúntase toda a onda (O entroido en Barcia e Vilaverde), Toxosoutos, Noia, 2020, pp. 85, 89, 172-173 y 212-213). Los testimonios recolectados en Vilaverde llegan a aducir como prueba del poder del Santo Entroido supuestas curaciones milagrosas de enfermos que se ofrecieron al Santo de paja pidiéndole la sanación, o castigos infligidos por el Santo (gripes, accidentes, etc.) a quienes no celebraban su fiesta o no colaboraban económicamente en ella, lo mismo que a los que no respetaban el descanso del martes de carnaval en el cual, como en toda fiesta patronal, la costumbre popular prohibía trabajar. También en otras localidades de la zona montañosa de Melón como Covelo y Vicenzo los paisanos consideran que el entroido es una costumbre ancestral que pervive por su carácter sagrado: "O Entroido celebrouse dende sempre, e non se perderá nunca, porque e un santo como outro calquera". La denominación Santo Entroido existe en otros lugares de Galicia como Xermade (Lugo).

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REFERENCIAS:

GONZÁLEZ REBOREDO, Xosé Manuel & MARIÑO FERRO, Xosé Ramón,
Entroido en Galicia : Entroido, aproximación a la fiesta del carnaval en Galicia, Deputación Provincial, A Coruña, 1987, pp. 105 ss.
GONZÁLEZ REBOREDO, José Manuel, “Teatralidade e teatro no Entroido de Galicia”, en:
O patrimonio inmaterial das Terras de Lemos : actas do Congreso, primavera-outono 2009, Deputación Provincial de Lugo, Lugo, 2009, pp. 107-128.

Foto 1: Entierro de Cacheiras en 1982, foto en González Reboredo & Mariño Ferro, fig. 9.