El monje anglo-normando Orderic Vital († 1097) cuenta en el libro III de su Historia eclesiástica el exemplum de un monje amanuense que se había salvado porque el número de letras que había escrito durante su vida superaba en una a las de la lista de sus pecados presentados en un libro por el demonio; haciendo inclinar el fiel de la balanza de su lado en el Juicio del Alma [1]:
"Había un hermano en cierto monasterio, que destacó por las muchas faltas que cometía contra las normas de la vida monástica; pero era escritor, y se afanaba en la escritura, y escribió por su propia voluntad una gran cantidad de textos de la ley divina. Después de su muerte, su alma fue llevada ante el tribunal de los justos para ser examinada por el Juez, y los espíritus malignos lo acusaron duramente por sus innumerables pecados, mientras que, por el contrario, los santos ángeles, presentaron en su libro lo que el fraile había escrito a Dios. Las letras de cada libro fueron contadas y, al final, sus obras superaron en solo una letra el número de las de la nómina de sus pecados, ante lo cual el intento de los demonios fracasó. Así, por la clemencia del Juez, le fue concedido graciosamente el indulto al hermano y, habiendo sido corregida su vida, el alma pudo volver a su cuerpo..."
Evidentemente la historia testimonia el conocimiento de los textos patrísticos en los que se hace referencia a demonios escritores de pecados para presentarlos en el Juicio Final, pero no la labor de Tutivillus confundiendo a los amanuenses. Como en los casos de Sofonías y Proclo de Constantinopla (véanse las FICHAS nº 1 y 2: https://juliomontanes.synology.me/bases/textos/?-table=textos&-action=browse&-cursor=0&Numero=1), se refiere a un demonio escritor y recolector de pecados, pero no de síncopas y omisiones en los rezos ni de chismes de los fieles, y responde a una tradición diferente a la que dará origen a finales del siglo XII al exemplum de Tutivillus (como ejemplo de la ilustración en el arte de la historia de Oderic véase un caso románico alemán en mi BD iconográfica: https://juliomontanes.synology.me/bases/tutivillus/index.php?-action=browse&-table=tutivillus&-mode=find&-edit=1&Registro=268).
Sin embargo, el texto está en el origen de la tradición decimonónica que adjudica a Tutivillus el papel de confundidor de escribas. Victor Le Clerc se refiere a él en el tomo XXIV de su influyente Histoire littèraire de la France (1862), fuente de P. Larousse (1866), J. Crozals (1877), Alfred Franklin (1902 y 1906) y Antole France (1908), popularizadores del mito:
"Il y avait un démon appelé Titivitilarius ou Titivillus, le vétilleux, par corruption d'un mot populaire de l'ancienne latinité : ce démon apportait tous les matins en enfer un plein sac des syllabes que les moines avaient passées dans leur psalmodie de la nuit. Mais une autre tradition, plus encourageante pour les religieux de bonne volonté, raconte que chaque lettre des ouvrages qu'ils avaient transcrits, produite par leur ange gardien devant le tribunal du souverain juge, leur remettait infailliblement un péché" [Victor Le Clerec].
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[1] La importancia de la escritura en servicio de Dios y de su papel en la lucha contra el maligno es un tópico casi desde los primeros tiempos del cristianismo, y en ese sentido escribe Casiodoro en el libro V de sus Institutiones (s. VI): "...laudanda sedulitas, manu hominibus predicare, digitis linguas aperire, salutem mortalibus tacitum dare, contra diaboli subreptiones illicitas calamo, atramentoque pugnare. Tot enim vulnera Satanas accipit, quot antiquarius Domini verba describit" [= “...loada sea la actividad que predica a los hombres con las manos, crea lenguas en los dedos, proporciona sin hablar la salvación a los mortales y lucha con cálamo y tinta contra los engaños del diablo. Pues Satanás recibe tantas heridas como palabras del Señor copia el escriba"].
Sin embargo, no hay pruebas de errores atribuidos a Tutivillus, e incluso los casos en los que se le atribuyen al demonio de una manera general son escasos (véase: http://tutivillus.teatroengalicia.es/impresores.htm). Por el contrario, lo que sí abundan son las afirmaciones sobre la ayuda que Dios presta a los que escriben: Scribere qui cupiunt, sensum Deus augeat illis [=Dios aumente el entendimiento de aquellos que aman la escritura].
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REFERENCIAS:
GONZÁLEZ MONTAÑÉS, Julio I., Tutivillus. El demonio de las erratas, Turpin Editores, colección en 8vo, nº. 11, Madrid, 2015, p. 37.
GONZÁLEZ MONTAÑÉS, Julio I., Titivillus : Il demone dei refusi, Graphe.it, col. Parva [saggistica breve], 9, Perugia, 2018, p. 29.
LE CLERC, J. Victor (Ed.), Histoire littèraire de la France. Vol. XXIV Quatorzième siècle, F. Didot, París, 1862, p. 282. Disponible: https://archive.org/details/histoirelittra34riveuoft
SAMARAN, Charles, "Titivillus, démon des copistes", en: Mélanges dédiés à la mémoire de Félix Grat, Pecqueur-Grat, París, vol. I, (1946), pp. 301-310 (p. 302). Disponible: http://books.google.es/books?id=xesRvo-xyZwC
Ediciones:
Latina antigua: Andreas Duchesnius [=André Duchesne] (Ed.), Historiae Normannorum scriptores antiqui..., Robertus Fouet, París, 1619 (pp. 320-927, texto p. 470). Disponible: https://books.google.es/books?id=-R1UAAAAcAAJ
Latina moderna: Historiae ecclesiasticae, Eds. Auguste Le Prévost & Léopold Delisle, 5 vols., SATF, París, 1838-1855 (texto en vol. 2, pp. 49-50). Disponible: https://archive.org/details/ordericivitalish02ordeuoft
Traducción inglesa: The Ecclesiastical History of Orderic Vitalis, Ed. Marjorie Chibnall, 6 vol., Oxford, Clarendon Press, 1969-1980. Disponible: http://sr.teatroengalicia.es/b7
Traducción francesa: Histoire de Normandie, Ed. François Guizot, trad. Louis Du Bois, 4 tomos, París, 1825-1827. Disponible: http://sr.teatroengalicia.es/b8
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