En las obras de Shakespeare aparecen dos de los casos ingleses de la época isabelina en los que la expresión
Tilly-vally se utiliza como exclamación referida a algo impertinente o de poca importancia y no como nombre de un personaje, aunque se acepta generalmente que es una reminiscencia del nombre de Tutivillus (otros casos en Ben Jonson, William Roper,... etc). La fuente de Shakespeare para su Hernry IV es la crónica de Edward Hall: The Union of the Two Noble and Illustre Families of Lancaster and York (1548).

En la segunda parte del
Enrique IV, la señora Quickly mantiene un diálogo con Sir John Falstaff y, en respuesta a su intención de pernoctar en su posada como invitado, zanja la disputa diciéndole: “Tillyfally, sir John, never tell me; your ancient swaggerer comes not in my doors" [=Tonterías, Sir John, no me diga eso: su antigua arrogancia no entra en mi casa”]. En la Noche de Reyes (II, III, 75), Sir Toby Belch exclama: “Tillyvally, Lady!” [=¡Tonterías, señora!], en referencia a las quejas del criado de Olivia por sus “maullidos” nocturnos.

La misma expresión la utiliza en el siglo XIX, también con sentido despectivo, Walter Scott en varias de sus obras (
The Antiquary, The Monastery y The Abbot), y en Escocia, en el mismo siglo y a principios del XX, la voz tittivillian y titivillaries aparece en algunos autores en referencia a trivialidades (véase Mackintosh, W. R., Curious Incidents from the Ancient Records of Kirkwall, 1892 y Mackie, Albert D., Poems in Two Tongues, 1928. Véase también: http://www.dsl.ac.uk/entry/snd/tittivillian).

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REFERENCIAS:

JENNINGS, Margaret, "Tutivillus. The Literary Career of the Recording Demon", en:
Studies in Philology, LXXIV, nº 5 (1977), p. 87. Disponible: https://bit.ly/3B3N0RP

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