En la Catedral de Pamplona hay un par de ménsulas con demonios con alas de murciélago, uno de ellos llevando un libro, que podrían ser representaciones de Tutivillus.

A la más antigua, de la primera mitad del siglo XIV, en un lucilo del claustro gótico (Foto 2), le faltan el rostro, los pies y los brazos [1], pero las alas de murciélago lo identifican como un demonio y un rebarbo sobre el pecho parece indicar que llevaba un objeto, quizá un pergamino, o un libro como el dragón-demonio alado de la ménsula de la capilla de San Juan Evangelista de la misma catedral (Foto 1, siglo XV), posiblemente también un Tutivillus o, al menos, un demonio letrado que parodia al Evangelista titular de la capilla.

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[1] Las mutilaciones, como en otros muchos casos de imágenes demoníacas o pecaminosas, son fruto probablemente del lanzamiento de piedras como gesto de rechazo hacia el Mal que representan.

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REFERENCIAS:

ARAGONÉS ESTELLA, Esperanza, "El Mal imaginado por el gótico", en: Príncipe de Viana, año 63, nº 225 (2002), pp. 7-82, fig. 11. Disponible: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=279734
ARAGONÉS ESTELLA, Esperanza, Y líbranos del Mal : Representaciones del diablo en el arte: de la Antigüedad a nuestros días, EBOOK, 2013, p. 143. Disponible: https://books.google.es/books?id=QTcPAQAAQBAJ

Foto 1: J. E. Uranga Galdiano en Aragonés Estella.