Óleo sobre tabla de roble procedente de un convento portugués desconocido (la pintura está documentada desde mediados del XIX en la
Academia de Belas Artes de Lisboa, por lo que se supone procedente de un convento de frailes extinguido en 1834, aunque algunos afirman que fue pintada para el Tribunal da Relação en Lisboa). Atribuida al círculo de Jorge Afonso [1], probablemente sea la representación autónoma del Infierno más antigua en la pintura portuguesa, innovadora en muchos aspectos en el arte de Portugal.

La escena la preside un demonio entronizado cuyo rosto parece cubierto por máscara. Va vestido, y tocado, con plumas de colores y su vestimenta ha llevado a pensar en influencias amerindias, es decir, de los indígenas americanos recién descubiertos, entendidos no como
Buenos Salvajes sino como personificaciones del Mal [2].

Parece claro que el demonio es Satanás/Lucifer, pero a favor de su posible asociación con Tutivillus, juega el largo cuerno que sostiene en su mano derecha, aunque no lo toca, como en los ejemplos ingleses, sino que se limita a sostenerlo a modo de cetro, y también la existencia de una mesa con pergaminos, tintero y pluma, al lado del trono del diablo, lo que al menos lo convierte en un diablo gramático (Foto 2), aunque no sea exactamente Tutivillus [3].

Varios autores han planteado la posible existencia de relaciones entre esta tabla y la obra teatral del dramaturgo portugués del siglo XVI, Gil Vicente. Dagoberto Markl supone, por ejemplo, que la supuesta "confusión" del
fidalgo de la Barca do Inferno de Gil Vicente, el cual se dirige al demonio llamándole senhora, se explicaría porque tuviese pechos femeninos como sucede con varios diablos de esta tabla (al respecto, véase también SALES MACHADO (2005), p. 146).

_________________________

[1] Dalila Rodrigues y Flávio Gonçalves lo consideran obra de un artista desconocido. Victor Serrão señala semejanzas con obras del
Mestre da Lourinhã y Dagoberto Markl propuso atribuirlo al pintor real Jorge Afonso.

[2] Dagoberto Markl. Otros autores, como Mario Batoréo, lo niegan, señalando paralelos para el aspecto del demonio en grabados europeos anteriores al descubrimiento y afirmando que nunca existió la diabolización del Indio que supone Markl.

[3] No conozco la existencia de ninguna referencia a Tutivillus o a los
exempla con él relaccionados en la literatura portuguesa. Hay sin embargo algunas menciones en Gil Vicente, poco claras, de condenados inscritos en una lista por el demonio (”os tengo acá en mi rol” le dice el Diabo al Conde en el Auto da Barca da Gloria refiréndose a la lista de embarque hacia el infierno), y de cestos con pecados escritos por los demonios que los difuntos se ven obligados a cargar en el Juicio. Véase el Auto do Purgatorio:

......................................................................Marta Gil: Anjos bem aventurados
......................................................................................meterei o canistrel
......................................................................................que trago os testos britados
......................................................................................carregam estes pecados
......................................................................................que fazem lançar o fel
......................................................................................a bocados.
....................................................................... Anjo: ...E pera que eram eles cá?
...................................................................Marta Gil: Pera o demo, e que sei eu?

Se han señalado también posibles relaciones entre el diablo del
Auto da Barca do Inferno y el Tutivillus del Doomsday Play inglés de Towneley (véase: CARVALHO, Manuela, “Reconstructing Gil Vicente : The Boat of Hell and the English Medieval Plays”, en: Sydney Higgins & ‎Fiorella Paino (Eds.) Dramma medioevale europeo : Papers from the Third International Conference on Aspects of European Medieval Drama, Camerino, 3-5 July 1998, Università di Camerino-Centro linguistico di ateneo, Camerino, 1999, p. 260).

Dimensiones: 119 x 217,5 cm.

____________________
REFERENCIAS:

ARAGONÉS ESTELLA, Esperanza, Y líbranos del Mal : Representaciones del diablo en el arte: de la Antigüedad a nuestros días, EBOOK, 2013, cap. Tutivillus, pp. 109-110 [Ed. 2017, pp. 117-18]. Disponible: https://books.google.es/books?hl=es&id=QTcPAQAAQBAJ
FÉLIX, Marlene Borges, “O Painel do Inferno do Museu Nacional de Arte Antiga: Representação dos pecados e tormentos no século XVI” (fig. 24a). Disponible:
https://www.academia.edu/30608686
MARKL, Dagoberto, “Introdução ao estudo do Inferno do Museu Nacional de Arte Antiga”, en: Boletim Cultural da Póvoa de Varzim, vol. 26, nº 2 (1989), pp. 541-561.
MARKL, Dagoberto, "A Iconografía", en: Paulo PEREIRA (Dir.)
História da Arte Portuguesa, Círculo de Leitores, Lisboa, 1995, vol. 2 , pp. 240 ss.
RODRIGUES, Dalila,
Obras-Primas da Arte Portuguesa. 2-Pintura, Athena, Lisboa, 2011, p. 57.
SALES MACHADO, João Nuno,
A imagem do teatro : iconografía do teatro de Gil Vicente, Caleidoscopio, Casal de Cambra, 2005, pp. 142 ss. (img. 36).

En internet:
Ficha Museo:
http://www.museudearteantiga.pt/colecoes/pintura-portuguesa/o-inferno
MatrizNet: http://www.matriznet.dgpc.pt/MatrizNet/Objectos/ObjectosConsultar.aspx?IdReg=248996
El pasiego: http://elpasiego.foroactivo.com/t95p90-magos-y-epifanias-romanicos#11622
Fotos: https://flic.kr/p/8GPtsc http://thumbs.web.sapo.io/?pic=http%3A%2F%2Fmuseudearteantiga.pt%2Fcontent%2Fimg%2Finferno_pormenor_final.jpg&W=600&H=450&hash=6ae25cb1708a7acbfd9a055553968829