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La música de los Gigantes y Cabezudos gallegos



  

  Un aspecto esencial del espectáculo de los gigantes es la música que los acompaña en sus desfiles y, en algunos lugares, en los bailes que tradicionalmente los gigantones ejecutan en las plazas y atrios. Esta vertiente musical es común a la práctica totalidad de los gigantes mundiales: en España son frecuentes los acompañamientos con gralla (especie de oboe), dulzaina, gaita y txistu, pero en otros lugares del planeta los instrumentos varían (timbales, marimbas, instrumentos de viento como el frevo de Olinda…), lo mismo que las danzas que los acompañan, basadas generalmente en ritmos autóctonos (por ejemplo el maracatú brasileño).

 

  En Galicia es de rigor el acompañamiento por parte de instrumentos de viento (las gaitas del país o las chirimías) y de percusión (tamboriles y bombos). Modernamente es frecuente también el acompañamiento de bandas de música o de charangas, generalmente tocando melodías tradicionales o de ocasión pero en algunos casos con piezas específicas para las danzas de los gigantes de cada localidad.

 

  No pretendo hacer aquí un catálogo exhaustivo del repertorio utilizado ni un estudio musical de las piezas, algo que excedería mis competencias musicológicas, tan sólo reunir algunos datos y destacar la importancia del componente musical y de las danzas, testimoniado por la memoria popular que ha preservado los nombres de músicos y portadores, precisamente por su habilidad en los bailes o por la popularidad de sus piezas (en Pontedeume Benigno Couto en los años 50 o  Miguel Piñeiro y  Agustín Fornos en las décadas posteriores, en Ribadeo Serrano Vello, famoso por sus pasodobles… etc.)

 

  En la mayor parte de los casos gallegos de los que he podido encontrar noticias, los gigantes y cabezudos se limitan a un pasacalles con bailoteos pero no ejecutan ninguna danza específica, de modo que las piezas interpretadas son simple acompañamiento que puede variar cada año, generalmente melodías populares: muiñeiras o pasodobles a elección de los músicos de cada época, ya que es habitual que el mismo grupo de gaiteros acompañe a los gigantes de una localidad durante varios años seguidos. El pasodoble es la forma más frecuente porque su ritmo binario continuo facilita el desfile, pero no faltan ritmos de marcha procesional con chirimías como los de Santiago y Lugo.

 

   En algunos lugares, sin embargo, los gigantes acostumbran a realizar tradicionalmente determinadas danzas en puntos concretos de la ciudad: la plaza mayor, el atrio de la Iglesia…, y en estos casos es necesario que la misma pieza se repita anualmente lo que condujo a la creación y fijación de melodías específicas muchas de las cuales todavía se conservan, unas anónimas y tradicionales, otras compuestas por gaiteiros o músicos conocidos de finales del siglo XIX y principios del XX.

 

  En Pontedeume, por ejemplo, los mómaros bailan todos los años en la Plaza del Ayuntamiento una frenética danza giratoria al ritmo de una muiñeira conocida popularmente como Ñoroñó, melodía popular documentada en otros lugares de Galicia pero interpretada en la villa con un ritmo muy vivo y convertida en pieza tradicional de los gigantes eumeses. Estas danzas giratorias de ritmo acelerado son frecuentes en los lugares donde los gigantes tienen brazos móviles de tela rellenos de serrín y arena que se abren en molinete con los giros para intentar golpear al público (Pontedeume, Viduedo, Poboa do Caramiñal, etc.) y debieron de estar más extendidas en el pasado si nos fiamos de las descripciones de los gigantes de Allariz "bailando como condergados" (Lamas Carvajal, 1877), las "danzas imposibles" de los gigantones de Pontevedra (Álvarez Limeses, 1897) o las "danzas sicalípticas" de los de A Coruña (El Eco de Galicia, 1911).

 

  Ya en el siglo XVII tenemos documentada la Danza de los Corcobados que ejecutaban los gigantes de A Coruña, y en el XVIII la que hacían los de Betanzos en el atrio de la iglesia de Santiago, pero no se conservan las partituras. A principios del siglo XX Sampedro y Folgar en su Cancionero Musical de Galicia recogió numerosas danzas y muiñeiras que consta se utilizaban en los bailes y pasacalles de los gigantones, entre ellas algunas piezas especialmente compuestas para ellos como son los pasodobles de los Gigantes y Cabezudos de A Guarda y Pontevedra.

 

 La preocupación por el aspecto musical y coreográfico de las actuaciones de los gigantes y cabezudos fue notable en muchos lugares. Las comparsas de Santiago, por ejemplo, eran famosas por sus danzas, ensayadas semanas antes por los niños del hospicio de Santo Domingo que recibían entrenamiento y clases de baile (jota, vals y danza), y actuaban con el acompañamiento de los gaiteros de la Catedral con piezas compuestas expresamente. Los ensayos eran también habituales en otras localidades como Redondela, y en Lugo  consta que en 1891 un "notable profesor coreográfico" diseñó y ensayó nuevas danzas, y que se estrenaron composiciones musicales "escritas ex profeso para el baile de gigantones y cabezudos".

 

  Otros lugares en los que sabemos de la existencia de piezas características son Ourense capital, Castro Caldelas (Ourense), Quiroga (Lugo), Carril (Pontevedra) o Vilafranca do Bierzo (León) donde se conserva una danza-pasodoble de Gigantes y Cabezudos, compuesta a principios del siglo XX probablemente por el gaiteiro de la villa José Fernández, con una segunda parte añadida por el gaiteiro que acompañaba a los gigantes en los años 1980-90, Isidro Álvarez. 

 

 

 

Partitura del Pasodoble de los Gigantes de Pontevedra

según Sampedro y Folgar

 

 

 

 

Partitura de la Muiñeira de los mómaros de Pontedeume (Ñoroñó)

 según Paz Fernández

 

 

 Danza de gigantes y cabezudos de Villafranca (Escola de Gaitas) (MP3)

Danza de gigantes y cabezudos de Santiago  (MP3)

Pasodoble dos Cabezudos (Fuxan os Ventos )  (MP3)

  Farsa de Carril tocada coma o carallo (Carlos Ces, YouTube)