En Vilafranca do Bierzo (León) la existencia de los gigantones está documentada desde 1862 en los Libros de actas de la cofradía del Cristo, y según la tradición popular los primeros los construyó (¿o encargó?) D. Gonzalo Magdalena Osorio hacia 1858. Eran entonces una pareja (El Cid y Doña Jimena / Inés) que salía en las Fiestas del Cristo de la Esperanza, cuya cofradía siguió añadiendo figuras a la comparsa, siendo en la actualidad una de las más numerosas de la zona noroeste de la Península (cf. Foto 1) [1]), solo superada por la de Puebla de Sanabria.

Hacia 1908 se compraron las figuras de Don Quijote y Dulcinea, quizá en la casa zaragozana Aragonesa de Fiestas. A principios de la década de 1920 se hizo en Vilafranca el Sancho Panza y por lo que se refiere al Moro fue cabezudo y se transformó en gigante en 1972 por obra del artista local Norberto Beberide, el cual restauró también los gigantones y cabezudos antiguos en 1948 y 1984.

En sus pasacalles los gigantes de Vilafranca salían siempre acompañados de grupos de gaiteros, y se conserva una danza-pasodoble de Gigantes y Cabezudos específica de la localidad, compuesta a principios del siglo XX probablemente por el gaiteiro de la villa José Fernández, con una segunda parte añadida por el gaiteiro que acompañaba a los gigantes en los años 1980-90, Isidro Álvarez. En la actualidad salen acompañados por los integrantes de la Escola de Gaitas y abren las fiestas del Cristo en Villafranca.

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[1] Actualmente la comparsa está formada por seis gigantones (El Cid y Dª Jimena, Don Quijote, Dulcinea, Sancho Panza y El Moro), varios gigantillos y un nutrido grupo de cabezudos (Blancanieves y los Siete Enanitos, Laurel y Hardy, Payasos...), la mayoría de ellos piezas de catálogo como los Enanitos de la casa Aragonesa de Fiestas adquiridos en 1954, o las figuras de el Gordo y el Flaco, compradas en los años 50 (en la actualidad salen copias en poliester). Los cabezudos más antiguos de la villa son el Moro (hoy transformado enl gigante) y O Requinto (soldado con uniforme carlista), ambos de los primeros años del siglo XX. Sin embargo, ya existían cabezudos en 1862 cuando se mencionan "Gigantes y enanos" y se conserva un cabezudo de confección local, el llamado Trescaras, hecho con el mismo molde del que salió la cabeza del gigante Sancho (años 20). Otros cabezudos, hoy transformados en gigantillos con armazón, se adquirieron en 1984 con la intención de sacarlos en las fiestas de San Tirso y en las del Turista, pero acabaron saliendo algunos años en las del Cristo.

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REFERENCIAS:

CASTELAO DIÑEIRO, Santiago, Villafranca del Bierzo. Memoria fotográfica de un Siglo, El Autor-Peñalba Impresion, Ponferrada, 2002.
GONZÁLEZ MONTAÑÉS, Julio I., “Ai meu Deus!, que por mor da Santa Coca perdín o demo da misa”, en: Prólogo al libro de Héctor M. Silveiro Fernández: Palillos de madeira : Os Xigantes de Vilafranca do Bierzo, Asociación Cultural Escola de Gaitas de Vilafranca, Vilafranca do Bierzo, 2010, pp. 9-11. Disponible: http://teatroengalicia.es/descargas/Ai%20meu%20Deus.pdf.
GONZÁLEZ MONTAÑÉS, Julio I., “Gigantes y cabezudos en Galicia y zonas adyacentes. Historia y situación actual”, en: Actas del III Congreso Internacional de la Bajada de la Virgen. Santa Cruz de La Palma 2023. Marzo 9-11 (Manuel Poggio Capote ed.), Cartas Diferentes Ediciones, Santa Cruz de La Palma, 2023, vol. 2, pp. 287-348. Disponible: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=9045795.
PEREIRA GONZÁLEZ, Antonio, Crónicas de Villafranca, Diputación de León-Instituto Leonés de Cultura, León, 1997, p. 85.
SILVEIRO FERNÁNDEZ, Héctor M., Palillos de madeira : Os Xigantes de Vilafranca do Bierzo, Asociación Cultural Escola de Gaitas de Vilafranca, Vilafranca do Bierzo (León), 2010.

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