Tutivillus
                     © Julio I. González Montañés   
      
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Titivillus en una representación inglesa de los Towneley Plays en la primera mitad del siglo XX.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Manuscrito del Redentiner Osterspiel. Landesbibliothek Karlsruhe (Cod. K 369).

 

 

 

Tutivillus en el teatro

 

Entre las variopintas huestes infernales que pueblan la escena medieval, ocupa un lugar muy importante, especialmente en el teatro inglés, el demonio Tutivillus (o Titivillus), encargado, como en el arte y los sermones, de presentar en el Juicio Final los rollos de pergamino en los que él y sus ayudantes han ido anotando las palabras omitidas en el coro y en la misa por los clérigos poco cuidadosos y las expresiones indecorosas pronunciadas por los fieles en los templos.

Los autores teatrales recogieron sin duda la historia de los tratados homiléticos, pero al adaptarla a la escena la transformaron convirtiendo a Tutivillus en un personaje cómico y subversivo que explica su cometido en una mezcla de vernáculo y latín macarrónico y supera el papel que juega en los sermones, ya que no se limita a llevar las omisiones  y los chismorreos sino que carga en su saco la nómina completa de los pecados de la humanidad: My name is Tutivillus/ My horn is blawen/ (...) briefs in my bag, man of synnes dampnabill, dice, como hemos visto, el propio Tutivillis en el Iudicium de los Towneley Plays (nº XXX, vv. 212 ss.), al tiempo que uno de sus ayudantes se queja de que tener que llevar más sinners’ rolls de los que puede cargar [1].

 

Manuscrito de los Towneley Plays

(Huntington Library, San Marino, California, MS HM 1).

 

 Tutivillus aparece también en el Morality Play inglés Mankind [2], escrito hacia 1465-70, época en la que nuestro diablo debía de ser un personaje popular en Inglaterra, ya que, en el intermedio de la representación, los actores que representaban a los Vicios aprovechaban para hacer una colecta entre el público, instando a los espectadores a pagar para ver el “abominable aspecto" [abhomynabull presens] del diablo Titivillus, al que describían como "a worschyppfull man (…) with a hede pat is of grett omnipotens" [un hombre notable... con una cabeza que es de gran omnipotencia, (1. 454-56)]. El demonio aparecía en escena presentándose: Ego sum dominancium dominus and my name ys Titivillus [Yo soy el Señor de los señores y mi nombre es Titivillus], y los Vicios, en un recurso todavía muy utilizado en el teatro de títeres e infantil, invitaban al público a hacerse cómplice de Titivillus y no dar la voz de alarma avisando de sus intenciones a Mankind, al cual Tutivillus intentaba engañar, estableciéndose un diálogo entre que ocupa buena parte del segundo acto de la Moralidad.

  En la época isabelina, su nombre aparece mencionado en el Epicoene de Ben Jonson, en la comedia Ralph Roister Doister de Nicholas Udall (Titiuile), en la anónima Godly Queen Hester (Tuta villus), y en Twelfth Night y Enrique IV de Shakespeare (Tillyvally/Tillyfally), si bien en estos casos la referencia no es a un personaje de la obra sino una exclamación utilizada para rechazar algo por impertinente o sin interés.

En Francia interviene Tithinilus en el Mystere de l'assomption de la Vierge como notaire et greffier des Enfers y Satán presenta la acusación contra la humanidad  Signé de nostre abhominable Secretaire Tithinilus. Con el nombre de Titynillus aparece en el Mystère de Saint Louis (c. 1470, 232 personajes, 20.000 vv.) al comienzo de la segunda jornada, en una única intervención de 34 versos en los que se refiere a su papel de anotador de síncopas en el coro y las Horas, y al saco en el que guarda su recolecta:


Et ay mis en j. papier groz
En escript lez vers et lez mos
Qu'ilz ont laissé choir en disant
Leur heurez : g'y estoye duisant,
Qui m'eust laissé jusqu'à demain.
Vés-en cy j. grant sac tout plain.

También hace su aparición en la diablerie del Mystère de Saint Martin representado en Seurre en 1496 y, aunque sin precisar nombres, en los Miracles de Ste. Geneviève una indicación escénica ordena que durante un intermedio en la acción los demonios se sienten y estudien sus rollos con la relación de los pecados, preparando la acusación contra la humanidad [3].

Muy popular debió de ser así mismo el personaje en Alemania, ya que aparece en varias piezas teatrales del siglo XV en las que se le llama generalmente Titinil (Pfarrkircher y Haller Passionspiele, Teufelscomödie de 1514), Tutivill (Erlauer Spiele) o Tutvill/Tutevillus (Redentiner Osterspiel). En la titulada Künzelsauer Fronleichnamsspiel (1479) su nombre es Thuttwil y conforta a la Magdalena con los siguientes versos:

Ia, du minincklichs frawenlein,
du solt deines leibs geweltig sein
und solt in breisen,
das wil ich dich wol underweisen.
vor andern frawen,
das dich die iungling gern schawen.

  Por lo que respecta a la Península Ibérica, no he podido encontrarlo en el teatro. En la Representacio de la tentatio que fonch feta a nro. se. xpt", escenificada en Mallorca, hay, como en otros casos europeos, un “consejo de demonios” para preparar estrategia de la tentación “y aisutant y moltas peroreccions dels peccats mortals" [4] pero ninguno de los siete demonios que forman el consejo es Tutivillus, el cual solo aparece nombrado en dos textos peninsulares: el catalán Recull de Eximplis (principios del siglo XV), una traducción del Alphabetum Narracionum de Arnoldo de Lieja en la que se le llama Titelino/Titulinus, y en la Callioperria de Juan de Vergara (+1522, se le nombra como Titiuillus) [5].



[1] El importante papel que Titivillus juega en el Towneley Iudicium se analiza en HICKS, (1990).

[2] Vid. SMART (1917), pp. 21-25 y ASHLEY (1975). El texto en edición crítica en EETS, 1969. Reproducido, con traducción de Rick McDonald al inglés moderno en: http://research.uvu.edu/mcdonald/3610/mankind.html

[3]  Texto en JUBINAL, Achille, Mystères inédits du XVe siècle, Téchener, París, 1838, I, p. 232. También en el Mystère des Actes des Apôtres (Simon Gréban c. 1472-78), Satán insta a uno de los demonios a que busque en sus libros faltas de San Pablo para poder chantajearlo.

[4] Texto en LLABRÉS, Gabriel, "Consueta de la representatio de la tentació que foch feta a nro. sr. xto. ara novament feta per lo reverend Para Fra Cardils, mestre en theologia", En: Revista de Archivos Bibliotecas y Museos, vol. 13 (1905),  p. 129.

[5] Distinto es el caso del Titillitium o Titivilicio de los Diálogos escolares de Juan Luis Vives, ya que no se trata de un demonio sino del nombre de un estudiante que alude, siguiendo a Plauto y sus derivaciones, a su poca importancia. Sin nombrarlo, se recoge también la historia del demonio recolector de omisiones que estira el pergamino con sus dientes hasta romperlo en el Libro de los exemplos por A.B.C. de Clemente Sánchez Vercial (principios del siglo XV); en el Espéculo de los legos (trad. castellana de mediados del siglo XV del Speculum Laicorum latino de finales del siglo XII); en el Fructus Sanctorum de Alonso de Villegas (1594); en El donado hablador, de Jerónimo de Alcalá Yáñez (1624) y en algunas biografías de San Isidro, patrón de Madrid (véase la de Jerónimo de Quintana de 1629).