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Teatro nobiliario en los siglos
XVI y XVII
Hemos visto en el capítulo dedicado a los
espectáculos urbanos gallegos, que
muchos de ellos fueron patrocinados y organizados por la nobleza local:
los Lemos en Monforte, los Acevedo y Zúñiga en Monterrei o, en menor
medida, los Andrade
en Pontedeume. Existió también, aunque haya dejado pocas huellas, un
teatro áulico representado en los palacios y castillos para un público
restringido de nobles, caballeros y eclesiásticos.
De finales del siglo XVI, se conserva un texto de teatro nobiliario:
el fragmentario Diálogo de Alberte e Bieito, totalmente en
gallego y relacionado, según sus
editores, Rosario Álvarez Blanco y Xosé L. Rodríguez Montederramo, con la estancia
en Galicia del primer conde de Gondomar (D. Diego Sarmiento de Acuña) entre 1595
y 1596.
Probablemente se trata de una pieza destinada a una única representación
que habría tenido lugar en Pontevedra
.
Conservado el texto en un Ms.
del Archivo de la Casa de Alba (ADA 124/207), pero muy dañado en el
incendio del Palacio de Liria de 1936, solo pueden leerse completos 188
de sus 602 versos y unos 100 parcialmente. La estructura de la obra
es muy sencilla y refleja la situación de penuria y crisis económica de
Galicia en esa época. La representación comienza con unas Cantigas
en off que llaman la atención de Bieito, un viejo labrador de la
aldea de Gargallóns (Campo Lameiro, Pontevedra) que aparece en escena e
inicia su papel interrogándose en voz alta sobre las canciones que
escucha, las cuales proceden de su sobrino Alberte que retorna maltrecho
a casa. El encuentro entre los dos tiene lugar a la caída de la tarde, en
el camino que conduce a su aldea, y allí comienza el diálogo en el que
se hace un repaso de las penurias, desgracias y abusos sufridos por
ambos.
Por lo que respecta a su forma métrica, está escrito en quintillas con
el primer verso de pié quebrado, en rima consonante 4a-8a-8b-8b-8a.
Desa sorte
parece que todo é morte,
pois non queda can nen gato
que mirando ben seu trato
en todo non desconforte.
Sabemos que el Conde
de Gondomar fue gran amante del teatro y poseedor de una notable
colección de piezas teatrales castellanas manuscritas e impresas, y durante su estancia en Galicia consta que asistió también a la representación
de una comedia en Tui en septiembre de 1596
.
Nombrado corregidor de Toro en 1597 se ausentó de sus Estados, pero las
representaciones teatrales continuaron en ellos encargadas por su madre,
Juana de Acuña, para las fiestas de San Benito de Gondomar. Así, al
menos, sucedió en julio de 1597 según consta en una carta fechada el 23
de julio en la que le dice a su hijo:
"... y hago saber a
v.m. que he tenido una comedia y una dança, y los dichos los iban
leyendo para que los fuesen diciendo y me los ymbiaron acá de la
fiesta de Villaça, y aquí se acaban las fiestas de Gondomar"
.
***
En la casa de Lemos,
sabemos que el IV Conde y I Marqués de Sarria, Fernando de Castro y
Portugal (1505-1576), asistía a representaciones de comedias, no está
claro si en Monforte [1], y tenemos
el caso especial del VII Conde de Lemos,
D. Pedro Fernández de Castro,
patrocinador como hemos mencionado de espectáculos teatrales en su villa
natal, mecenas de poetas y dramaturgos, y él mismo autor teatral al
menos de una pieza (La casa confusa), probablemente representada
en Galicia
.
El teatro nobiliario del siglo XVII no ha
dejado muchas más noticias, pero debió de estar bastante extendido y contar
incluso con la participación de la propia nobleza en las
representaciones como sucedió en A
Coruña en 1673 cuando los familiares y amigos del VI Conde de Aranda (D.
Pedro-Pablo Ximénez de Urrea),
entonces Capitán General de Galicia, representaron una comedia en su
palacio en el contexto de las fiestas celebradas en la ciudad con motivo
del cumpleaños de la Reina Gobernadora y contando con la asistencia de
una nutrida representación de la sociedad coruñesa
.
Fue pues la
nobleza gallega aficionada al teatro, aunque quizá no lo fuese tanto
como en otros lugares. Al menos parece que esa era la percepción que
tenían los extranjeros de las aficiones teatrales de los nobles
gallegos, y el viajero italiano G. F. Gemelli Carreri en su descripción de la
recepción en México en 1700 con motivo del cumpleaños de la esposa del
virrey, el redondelano José Sarmiento Valladares, dice: "Se
terminó la fiesta sin comedia, ni baile, porque como el señor virrey era
de Galicia y prudente, no quería gastar sus haberes en esas vanidades".
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[1] El conde de Gondomar
dice refiriéndose a él en una carta a D. Andrés de Prada, secretario de Estado, que "haciéndose
en su presencia una comedia en que se fingía un traidor y decía que era
gallego, llamó el marqués al autor de la farsa y le preguntó lo que
había movido a dar aquel ahijado a Galicia; y respondiole que para la
buena traza de la comedia había convenido fingir aquellas traiciones, y
que buscando nación que por su verdadera y inmaculada fidelidad menos se
pudiese sentir de aquello, había puesto a Galicia".
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D. Diego
Sarmiento de Acuña, I Conde de Gondomar a los 52 años. Asistió y, probablemente
patrocinó, algunas representaciones teatrales durante su estancia en
Galicia entre finales de 1594 y comienzos de 1597. (Retrato en el
Parador Nacional Conde de Gondomar de Baiona, Pontevedra, copia
de original en el
Museo del Prado).
D. Pedro Fernández de Castro, VII
Conde de Lemos, autor teatral y patrocinador de espectáculos y representaciones
teatrales en Monforte (dibujo de José Maea grabado por Nicolás
Besançon. Retratos de españoles ilustres, 1791) |