El Teatro en las
Fiestas Patronales y Romerías
Otra categoría de
representaciones teatrales o parateatrales populares en las que
se mezcla lo sacro con lo profano, como en el Carnaval, es la que se desarrolla en el
ámbito de la romería religiosa o la fiesta patronal. A
diferencia del teatro carnavalesco, aquí el tono es en general
grandilocuente y pretendidamente serio, lo que no excluye la
existencia de situaciones cómicas como sucede frecuentemente en
las disputas entre Moros y Cristianos. No son muchas las
noticias que tenemos sobre este tipo de representaciones de carácter popular,
pero de algunos datos y de las pervivencias actuales
(representaciones del 3 de mayo en Laza,
Istorias de
Ribadavia...) puede deducirse que debieron de estar bastante
extendidas y permiten remontar su antigüedad al menos a los
siglos XVI y XVII [1].
Por otra parte, buena
parte de las noticias que tenemos de la actuación de compañías
de teatro profesionales españolas en Galicia durante los siglos
XVI y XVII están asociadas con las fiestas patronales (San Roque
en Betanzos y Pontedeume, el Rosario en A Coruña, San Froilán en
Lugo, el Apóstol en Santiago...), y en algunos casos sabemos que
las representaciones las hacían a veces los vecinos (en Betanzos
y Pontedeume, por ejemplo), pero parece que se trataba de piezas
castellanas y quizá sea excesivo calificarlas como teatro
popular.
Sin embargo,
en el siglo XVIII las compañías españolas dejaron de venir a
Galicia y la actividad teatral se amateurizó, lo cual sin duda
contribuyó a incrementar el carácter popular de las
representaciones. Sabemos que en la primera mitad del siglo XVIII los estudiantes de Noia
representaban comedias y entremeses durante las fiestas de San
Bartolomé, patrono de la villa
,
y de mediados de esa centuria son las primeras noticias de las
obras teatrales del Cura de Fruíme, escritas para ser
representadas por paisanos en la fiesta de la Virgen de los
Dolores de Fruíme (Lousame) y en las de los patronos de otras parroquias cercanas como San
Roque de Trállara (Lousame) o San Mamede de A Pena (Negreira)
.
Muchas de ellas tienen partes en gallego y, aunque más que
populares son popularizantes, sabemos que tuvieron gran éxito de
público lo que demuestra la existencia de una afición teatral en
la sociedad gallega rural tradicional. Prueba de ello es también
la existencia de piezas bilingües como el Entremés gallego de Susana
y Lorenzo
(ca. 1740-50), del cual tenemos indicios de que se representó en las
fiestas populares gallegas hasta finales del siglo XIX
.
***
Los restantes datos concretos que tenemos sobre representaciones
teatrales populares en las fiestas y romerías gallegas son todos tardíos,
pero pueden considerarse un indicio de la existencia de una
tradición dramática en las fiestas gallegas:
Algunas piezas
teatrales en gallego y/o castellano de las que tenemos noticias,
aunque sus textos se han perdido, probablemente fueron
representadas en el ámbito de las fiestas populares y podrían
remontarse a finales del siglo XVIII. Es el caso de las
representaciones del
Martirio de Santa Ádega (=Águeda, Ágata o Gadea) que Vicente Risco documentó
en la parroquia ourensana de Seixalbo (la cual tiene una capilla
dedicada a la Santa de Catania, en la que todavía se hace una
romería popular) y
en la zona de O Carballiño, con textos en castellano, deturpado
por los actores de los cuales se burlaban en Ourense capital:
"Ádega, ya que los
ídolos no quisiste adorar,/ los peitos te mandaré cortar! / -¡Que
se los cuerten!, / ¡Que se los cuerten!"
.
En este caso, la
representación en la fiesta de la Santa (5 de febrero) la
confirma Xavier Prado Lameiro en su monólogo teatral en
gallego Un home de sorte (antes de 1928):
"Eu inda me acordo algo das
[comedias]
que se faguían noutro tempo nas aldeas pola romaria do
Patrón. I estaban bunitas, afellas; pro coido que as de
eiqui han campar ben millor. Aquela que se faguía en
Seixalvo pola Santa Águeda... ¡Qué xeitosa era...!
Cando o Tarabelo, vistido de Rei, lle dicía á filla do
Masón, que faguía de Santa: "Águeda, por los ídolos no
adurar, los peitos te voi curtar”. I entón saía o Nacho do
Piñeiral e berraba: "Que se los cuerten, que se los cuerten.
Ai va el coitelo”. E guindaba ós pes do Rei o coitelo de
matar os marráus.
¡Ouh, qué cousa máis ben zapateada..!"
[2].
Prado Lameiro se
refiere también, por boca de su personaje Mingos, a una comedia
representada por vecinos en la comarca de O Ribeiro hacia 1875: "na que saía
o fillo do Pingapouco de Pousadoiro cun traxe que mesmo
somellaba a sota de espadas, e falando coa neta do Escanillado
de Parada, que faguía de fillla do Rei, dicíalle uns versos que
mesmo daba xenio de ouvilos, e dispoixas, enrabechado, espetaba
un coitelo nunha vincha de marráu chea de viño que levaba oculta
no seo, e ceibábase no chau coma morto, namentras ela daba un
berro que se ouvía na ponte de Ourense, e caía tamén coma si a
fendera un raio". Lameiro transcribe algunos versos de la
pieza, declamada en lo que no sé si calificar como gallego acastrapado o
castellano macarrónico gallego:
Si me disprecias
a mi, porque soy higo de probe; si porque no nací noble te bulras de min esí; si porque coidas que non soy de abondo destruido, me revolves el sentido, me tronzas el curazón, yo non agoanto tal feito y escontra dil me rebelo, espetando iste coitelo en mi delorido peito.
En 1877 se representó
durante las fiestas patronales de Allariz, en el campo de San
Benito, una comedia popular de capa y espada en gallego titulada: O casamento d'un Capitán tempero.
Los representantes fueron vecinos de la villa, que seguramente
tenían cierta fama como
actores, a juzgar por la familiaridad con la que nos informa de
sus papeles Farruco Teixido en O Tío Marcos d'a Portela:
"...o Carcaxo, que fará de duque d'a lua chea, o baron
Xan Pancho, que fará de Comedador d'a rial orden de Carlos III, e a fermosa e sempáteca tia Falcona, que co-a gracea
e tenrura que ten no falar arrincará vágoas como cantazos a
cantos teñan o pracer d'escoitala".
En las fiestas de San
Ramón de Vilalba se estrenó en 1881 A fuliada!, del
escritor de la localidad Manuel Mato Vizoso (publicada como
folletín en La Unión Gallega de Montevideo (1885), nº 363
y ss., A fuliada! Juguete Cómico en un acto y en verso gallego), y sabemos también que en las fiestas de O Carballiño de
1890 se hizo una representación teatral aunque El Eco de
Galicia (27/10/1890), que recoge la noticia, no indica su
título. Algunos datos más, poco precisos, proporcionan J. A. Saco y
Arce y Leandro Carré Alvarellos, aludiendo a recuerdos de su niñez (fuliadas,
representaciones de vidas de santos, alguna obra famosa como
El Médico a palos...), y también el Cuestionario
del Folk-lore Gallego de 1883, que menciona el entremés de Lourenzo e Susana
y habla de explorar, en el ámbito de las romerías, las
"Comedias, farsas y representaciones vulgares en las aldeas, por
vecinos".
Coincido con la
profesora Laura Tato Fontaíña en que son indicios claros de la existencia de
representaciones populares en las fiestas campesinas y de las
villas gallegas del siglo XIX, aunque poco
más se puede decir, con los datos que disponemos, de un teatro que debió de estar relativamente
extendido, no está claro desde cuándo, pero que en general fue despreciado por los primeros
estudiosos de la dramática gallega al considerarlo "vulgar",
razón por la cual las piezas no se recogieron y la mayoría no han llegado
hasta nuestros días.
***
También pudieron
haberse representado en las fiestas gallegas algunas de las obras patrióticas
escritas durante la Guerra de la Independencia [3], o la obra O Pleito do
Gallego (primera mitad del XIX), mencionada por Galo Salinas
en su Memoria acerca de la Dramática gallega: "juguete
cómico cuyo argumento es el de un labriego que consultaba á su
abogado para que le aconsejase como haría para casarse con la
dueña de sus pensamientos, mujer muy fea, pero muy adinerada"
[4].
De la misma época son
las piezas de Ramón Varela Vahamonde: O litigante
labrador y la Conversa entre os arrieiros Cosme da Grouxa,
Marcos Rielo e Roque Arán, cuyos manuscritos transcribió Leandro Carré,
pero aunque han sido consideradas como obras teatrales
populares, son en realidad simples Diálogos, integrantes
de un género muy difundido en Galicia en la primera mitad del
siglo XIX del que se conservan una treintena de piezas entre
manuscritos e impresos, obras la mayoría de propaganda política
y pensadas para la lectura, no para las tablas, aunque por su
estructura dialogada muchas sean perfectamente representables.
Carácter teatral, o
al menos parateatral, tuvieron también sin duda los
cantares de ciegos, pero como
en los casos anteriores los datos son escasos y poco precisos
antes de 1750.
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[1] Hay indicios
anteriores de la existencia de representaciones
juglarescas en las romerías gallegas desde el siglo XIII, y algo
más de sesenta cantigas del corpus de la lírica medieval
en gallego corresponden al tipo denominado por algunos autores
Cantigas de romería o
Cantigas de santuario,
la mayoría de ellas obra de autores gallegos (algunos, como
Airas Nunes, casi
especializados en esta modalidad), y prácticamente todas referidas a un
ambiente gallego.
[2] PRADO
RODRÍGUEZ, Xavier (Lameiro), "Un home de sorte",
en: Monifates, Imp. La Región, Ourense, 1928, pp. 188-191.
[3] Tenemos noticias de
obras teatrales de los periodistas Manuel Pardo de Andrade y
Vicente Villares en las que se utilizó el gallego, y el
encargado de la sección literaria de El Diario de A
Coruña, Félix Enciso Castrillón, escribió La defensa de Vigo
(1809), según J. Herrera Navarro ”en gallego la mayor parte”. En el mismo contexto
de la Guerra de la Independencia, pero no para una fiesta
popular, se escribió, y probablemente se representó, la primera
obra teatral en gallego que conservamos del siglo XIX,
A Casamenteira
(1812) de Antonio Benito Fandiño.
[4] Salinas dice
haber visto un ejemplar impreso, que fecha en el primer cuarto
del XIX, aunque para Eugenio Carré (Memoria
crítico-bibliográfica sobre el teatro regional gallego, fol.
22v) sería posterior a 1833, y afirma que
se trataba de una pieza bilingüe en la que el paisano hablaba en
gallego y el abogado en castellano. Quizá fuese una traducción/adaptación del Entremés del pleito del
gallego (ca. 1727) o del Sainete nuevo del pleito del
gallego (ca. 1701), ambos muy populares y reimpresos hasta
principios del siglo XIX, en los cuales hay también pleitos
matrimoniales.
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