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 Julio I. González Montañés ©

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El Teatro en las Fiestas Patronales y Romerías

 

   Otra categoría de representaciones teatrales o parateatrales populares en las que se mezcla lo sacro con lo profano, como en el Carnaval, es la que se desarrolla en el ámbito de la romería religiosa o la fiesta patronal. A diferencia del teatro carnavalesco, aquí el tono es en general grandilocuente y pretendidamente serio, lo que no excluye la existencia de situaciones cómicas como sucede frecuentemente en las disputas entre Moros y Cristianos. No son muchas las noticias que tenemos sobre este tipo de representaciones de carácter popular, pero de algunos datos y de las pervivencias actuales (representaciones del 3 de mayo en Laza, Istorias de Ribadavia...) puede deducirse que debieron de estar bastante extendidas y permiten remontar su antigüedad al menos a los siglos XVI y XVII [1].

  Por otra parte, buena parte de las noticias que tenemos de la actuación de compañías de teatro profesionales españolas en Galicia durante los siglos XVI y XVII están asociadas con las fiestas patronales (San Roque en Betanzos y Pontedeume, el Rosario en A Coruña, San Froilán en Lugo, el Apóstol en Santiago...), y en algunos casos sabemos que las representaciones las hacían a veces los vecinos (en Betanzos y Pontedeume, por ejemplo), pero parece que se trataba de piezas castellanas y quizá sea excesivo calificarlas como teatro popular.

  Sin embargo, en el siglo XVIII las compañías españolas dejaron de venir a Galicia y la actividad teatral se amateurizó, lo cual sin duda contribuyó a incrementar el carácter popular de las representaciones. Sabemos que en la primera mitad del siglo XVIII los estudiantes de Noia representaban comedias y entremeses durante las fiestas de San Bartolomé, patrono de la villa , y de mediados de esa centuria son las primeras noticias de las obras teatrales del Cura de Fruíme, escritas para ser representadas por paisanos en la fiesta de la Virgen de los Dolores de Fruíme (Lousame) y en las de los patronos de otras parroquias cercanas como San Roque de Trállara (Lousame) o San Mamede de A Pena (Negreira) .

  Muchas de ellas tienen partes en gallego y, aunque más que populares son popularizantes, sabemos que tuvieron gran éxito de público lo que demuestra la existencia de una afición teatral en la sociedad gallega rural tradicional. Prueba de ello es también la existencia de piezas bilingües como el Entremés gallego de Susana y Lorenzo (ca. 1740-50), del cual tenemos indicios de que se representó en las fiestas populares gallegas hasta finales del siglo XIX .

***

  Los restantes datos concretos que tenemos sobre representaciones teatrales populares en las fiestas y romerías gallegas son todos tardíos, pero pueden considerarse un indicio de la existencia de una tradición dramática en las fiestas gallegas:

 Algunas piezas teatrales en gallego y/o castellano de las que tenemos noticias, aunque sus textos se han perdido, probablemente fueron representadas en el ámbito de las fiestas populares y podrían remontarse a finales del siglo XVIII. Es el caso de las representaciones del Martirio de Santa Ádega (=Águeda, Ágata o Gadea) que Vicente Risco documentó en la parroquia ourensana de Seixalbo (la cual tiene una capilla dedicada a la Santa de Catania, en la que todavía se hace una romería popular) y en la zona de O Carballiño, con textos en castellano, deturpado por los actores de los cuales se burlaban en Ourense capital: "Ádega, ya que los ídolos no quisiste adorar,/ los peitos te mandaré cortar! / -¡Que se los cuerten!, / ¡Que se los cuerten!" .

  En este caso, la representación en la fiesta de la Santa (5 de febrero) la confirma Xavier Prado Lameiro en su monólogo teatral en gallego Un home de sorte (antes de 1928):

"Eu inda me acordo algo das [comedias] que se faguían noutro tempo nas aldeas pola romaria do Patrón. I estaban bunitas, afellas; pro coido que as de eiqui han campar ben millor. Aquela que se faguía en Seixalvo pola Santa Águeda... ¡Qué xeitosa era...! Cando o Tarabelo, vistido de Rei, lle dicía á filla do Masón, que faguía de Santa: "Águeda, por los ídolos no adurar, los peitos te voi curtar”. I entón saía o Nacho do Piñeiral e berraba: "Que se los cuerten, que se los cuerten. Ai va el coitelo”. E guindaba ós pes do Rei o coitelo de matar os marráus.
¡Ouh, qué cousa máis ben zapateada..!"
[2].

  Prado Lameiro se refiere también, por boca de su personaje Mingos, a una comedia representada por vecinos en la comarca de O Ribeiro hacia 1875: "na que saía o fillo do Pingapouco de Pousadoiro cun traxe que mesmo somellaba a sota de espadas, e falando coa neta do Escanillado de Parada, que faguía de fillla do Rei, dicíalle uns versos que mesmo daba xenio de ouvilos, e dispoixas, enrabechado, espetaba un coitelo nunha vincha de marráu chea de viño que levaba oculta no seo, e ceibábase no chau coma morto, namentras ela daba un berro que se ouvía na ponte de Ourense, e caía tamén coma si a fendera un raio". Lameiro transcribe algunos versos de la pieza, declamada en lo que no sé si calificar como gallego acastrapado o castellano macarrónico gallego:

Si me disprecias a mi,
porque soy higo de probe;
si porque no nací noble
te bulras de min esí;
si porque coidas que non
soy de abondo destruido,
me revolves el sentido,
me tronzas el curazón,
yo non agoanto tal feito
y escontra dil me rebelo,
espetando iste coitelo
en mi delorido peito.

  En 1877 se representó durante las fiestas patronales de Allariz, en el campo de San Benito, una comedia popular de capa y espada en gallego titulada: O casamento d'un Capitán tempero. Los representantes fueron vecinos de la villa, que seguramente tenían cierta fama como actores, a juzgar por la familiaridad con la que nos informa de sus papeles Farruco Teixido en O Tío Marcos d'a Portela: "...o Carcaxo, que fará de duque d'a lua chea, o baron Xan Pancho, que fará de Comedador d'a rial orden de Carlos III, e a fermosa e sempáteca tia Falcona, que co-a gracea e tenrura que ten no falar arrincará vágoas como cantazos a cantos teñan o pracer d'escoitala".

  En las fiestas de San Ramón de Vilalba se estrenó en 1881 A fuliada!, del escritor de la localidad Manuel Mato Vizoso (publicada como folletín en La Unión Gallega de Montevideo (1885), nº 363 y ss., A fuliada! Juguete Cómico en un acto y en verso gallego), y sabemos también que en las fiestas de O Carballiño de 1890 se hizo una representación teatral aunque El Eco de Galicia (27/10/1890), que recoge la noticia, no indica su título. Algunos datos más, poco precisos, proporcionan J. A. Saco y Arce y Leandro Carré Alvarellos, aludiendo a recuerdos de su niñez (fuliadas, representaciones de vidas de santos, alguna obra famosa como El Médico a palos...), y también el Cuestionario del Folk-lore Gallego de 1883, que menciona el entremés de Lourenzo e Susana y habla de explorar, en el ámbito de las romerías, las "Comedias, farsas y representaciones vulgares en las aldeas, por vecinos".

  Coincido con la profesora Laura Tato Fontaíña en que son indicios claros de la existencia de representaciones populares en las fiestas campesinas y de las villas gallegas del siglo XIX, aunque poco más se puede decir, con los datos que disponemos, de un teatro que debió de estar relativamente extendido, no está claro desde cuándo, pero que en general fue despreciado por los primeros estudiosos de la dramática gallega al considerarlo "vulgar", razón por la cual las piezas no se recogieron y la mayoría no han llegado hasta nuestros días.

  ***

  También pudieron haberse representado en las fiestas gallegas algunas de las obras patrióticas escritas durante la Guerra de la Independencia [3], o la obra O Pleito do Gallego (primera mitad del XIX), mencionada por Galo Salinas en su Memoria acerca de la Dramática gallega: "juguete cómico cuyo argumento es el de un labriego que consultaba á su abogado para que le aconsejase como haría para casarse con la dueña de sus pensamientos, mujer muy fea, pero muy adinerada" [4].

  De la misma época son las piezas de Ramón Varela Vahamonde: O litigante labrador y la Conversa entre os arrieiros Cosme da Grouxa, Marcos Rielo e Roque Arán, cuyos manuscritos transcribió Leandro Carré, pero aunque han sido consideradas como obras teatrales populares, son en realidad simples Diálogos, integrantes de un género muy difundido en Galicia en la primera mitad del siglo XIX del que se conservan una treintena de piezas entre manuscritos e impresos, obras la mayoría de propaganda política y pensadas para la lectura, no para las tablas, aunque por su estructura dialogada muchas sean perfectamente representables.

  Carácter teatral, o al menos parateatral, tuvieron también sin duda los cantares de ciegos, pero como en los casos anteriores los datos son escasos y poco precisos antes de 1750.

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[1] Hay indicios anteriores de la existencia de representaciones juglarescas en las romerías gallegas desde el siglo XIII, y algo más de sesenta cantigas del corpus de la lírica medieval en gallego corresponden al tipo denominado por algunos autores Cantigas de romería o Cantigas de santuario, la mayoría de ellas obra de autores gallegos (algunos, como Airas Nunes, casi especializados en esta modalidad), y prácticamente todas referidas a un ambiente gallego.

[2] PRADO RODRÍGUEZ, Xavier (Lameiro), "Un home de sorte", en: Monifates, Imp. La Región, Ourense, 1928, pp. 188-191.

[3] Tenemos noticias de obras teatrales de los periodistas Manuel Pardo de Andrade y Vicente Villares en las que se utilizó el gallego, y el encargado de la sección literaria de El Diario de A Coruña, Félix Enciso Castrillón, escribió La defensa de Vigo (1809), según J. Herrera Navarro ”en gallego la mayor parte”. En el mismo contexto de la Guerra de la Independencia, pero no para una fiesta popular, se escribió, y probablemente se representó, la primera obra teatral en gallego que conservamos del siglo XIX, A Casamenteira (1812) de Antonio Benito Fandiño.

[4] Salinas dice haber visto un ejemplar impreso, que fecha en el primer cuarto del XIX, aunque para Eugenio Carré (Memoria crítico-bibliográfica sobre el teatro regional gallego, fol. 22v) sería posterior a 1833, y afirma que se trataba de una pieza bilingüe en la que el paisano hablaba en gallego y el abogado en castellano.  Quizá fuese una traducción/adaptación del Entremés del pleito del gallego (ca. 1727) o del Sainete nuevo del pleito del gallego (ca. 1701), ambos muy populares y reimpresos hasta principios del siglo XIX, en los cuales hay también pleitos matrimoniales.

 

 

 

 

 

 

Entremés gallego de Susana y Lorenzo

(mediados del s. XVIII).

 

 

El cura de Fruíme (1702-1777). Grabado en La ilustración gallega y asturiana, nº 19 (10/07/1879)

 

 

 

 

Atrio de la capilla de Santa Águeda (=Ádega) de Seixalbo (Ourense), escenario de la representación del Martirio de Santa Ádega.

 

 

 

 

 

 

Campo de San Benito de Allariz, escenario de la representación durante las fiestas patronales de 1877 de la comedia titulada O casamento d'un Capitán tempero.

 

 

Manuel Mato Vizoso, autor teatral una de cuyas piezas (A fuliada!) se estrenó en las fiestas de San Ramón de Vilalba de 1881.

 

 

 

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