[1] Se
trataba probablemente de una refundición de los textos bíblicos, del
Flos sanctorum y de la obra teatral atribuida
tradicionalmente a Lope de Vega:
David perseguido, y montes de Gelboé, pieza recientemente
adjudicada por Elena Martínez Carro a Antonio Martínez de Meneses, de la
cual sabemos
que existía en la época un ejemplar suelto en Ribadavia.
En varias ocasiones, los
documentos mencionan pagos a vecinos por "sacar los papeles"
para la Istoria, lo que parece indicar que se adaptaban
piezas teatrales preexistentes, y en el depósito Meruéndano del Museo
Etnolóxico de Ribadavia se conservan 58 piezas teatrales
impresas sueltas
de los siglos XVII-XIX, muchas anotadas, que debieron de utilizarse
como base para las Istorias en el siglo XIX. En una de
ellas (Selico y Berisa de Gaspar Zavala y Zamora, 1799), una
anotación manuscrita en la portada indica: "Representada
en Ribadavia el 11 septiembre de 1824".
Véase:
http://goo.gl/ZbflK7 |
Las Istorias de las
fiestas del Portal de Ribadavia
Venerada en la villa
del Avia desde el siglo XIV, la Virgen del Portal se convirtió
en el XVII en la patrona de la localidad desplazando como centro del culto mariano a
la Virgen de Ntra. Sra. de los Ángeles de Oliveira que había sido objeto de la
devoción popular desde el siglo XII. En torno a su festividad se desarrollaron
en Ribadavia una serie de espectáculos de carácter teatral que incluían la
puesta en escena de una Istoria
a cargo de los vecinos, y representaciones
de comedias, unos años por actores profesionales y otros también por los
vecinos.
Las fiestas
duraban ocho días (del 5 al 12 de septiembre) aunque semanas antes se repartían
los papeles de la Istoria que, en el siglo XIX, eran redactados por una
comisión de voluntarios teniendo que ser aprobados por el Ayuntamiento, que corría con los gastos de la representación. El día 5 por la noche había un
desfile de máscaras y el día 6 tenía lugar la Istoria, la cual era anunciada
por dos Capitulares que a caballo recorrían las calles juntando al pueblo en la
Plaza Mayor donde se hacía la representación presidida por la corporación
municipal desde el balcón del Ayuntamiento.
El tema elegido era generalmente un
episodio bíblico en el que se relatara una batalla, lo que daba lugar a una
división en dos bandos que esgrimían armas blancas, descargaban arcabuces y
mosquetes y dialogaban en tono épico, concluyendo todo con la muerte o prisión
del jefe de uno de ellos. Los que vieron las representaciones en la segunda
mitad del siglo XIX, como L. Meruéndano,
las califican de “pantomimas” y nos informan de la participación de buena
parte del pueblo, del uso de vestuario adecuado y colorista, barbas y pelucas
postizas, negros (os pretos) y gaiteiros. En una de las últimas
representaciones (ca. 1868) se escenificó la historia del rey Saúl y su muerte a manos de
los filisteos ante los que cayó, exclamando el narrador: “Llorad, hijos de
Jerusalén, la muerte de vuestro rey Saúl. Maldito sea el monte de Gelboé, en que
cayó el ungido del Señor” [1].
Al día siguiente había danzas, toros en la Plaza
Mayor y procesión de la Virgen que se repetía el día 8 por la mañana
representándose por la tarde una comedia en la Plaza, acondicionada con bancos y
un estrado; representación que se repetía también las jornadas posteriores con
asistencia del Alcalde Mayor, los Regidores y el Procurador General.
No es posible
precisar desde cuando se representaban las Istorias de Ribadavia,
ya que la única descripción completa que tenemos de la fiesta es de 1869
y la mayor parte de los documentos conservados que se refieren a ella
son del siglo XIX. Para algunos, como Leopoldo Meruéndano, el origen de
la fiesta sería judaico por lo que se remontaría a los tiempos
anteriores a la expulsión de 1492, pero parece más lógico pensar que
hubieran comenzado en el siglo XVII, coincidiendo con la elevación de la
Virgen del Portal al patronazgo de la Villa. Al menos en esa centuria
sabemos que se celebraban fiestas en su honor: en 1604 ya existían y un
pregón municipal de dicho año, publicado por M. Rubén García Álvarez en
1954, dice que se hacían "según de tiempo inmemorial viene de
costumbre", con un gasto de 1000 reales. El documento de 1604 no
menciona las Istorias ni las comedias, pero consta que,
por lo menos desde 1693, el Ayuntamiento corría con los gastos de la
Istoria y de una o más funciones teatrales en la Plaza Mayor (posteriormente hay noticias de
representaciones, recopiladas por José Ramón Hernández Figueiredo y
Ramiro González Cougil, en 1701, 1702, 1733, 1736-39, 1743, 1744, 1761, 1765,
1766, 1779, 1781, 1788, 1789, 1795...). En el año 1736, se habla de la representación
de comedias y entremeses por comediantes procedentes de la ciudad de
Madrid, así como de la participación de gigantes y danzantes, y en
varias
ocasiones consta la presencia de comediantes profesionales, pero
otros años parece que fueron los vecinos los que representaron tanto las
Istorias como las comedias
.
Las representaciones de
Ribadavia debieron de ser muy populares, y en 1824 el Reformador General
de la Orden del Cister, Fray Vicente Garza, prohibió a los monjes de
Sobrado asistir a corridas de toros, comedias y fiestas teatrales,
mencionando especialmente a las que se celebraban en Ribadavia el 8 de
Septiembre (véase Boletín de Documentos Históricos de la Real
Academia Gallega, tomo I, p. 141). De la popularidad de las
representaciones teatrales en la villa del Avia es testimonio también la
descripción que Sebastián de Miñano hace de sus habitantes en el
Diccionario Geográfico-Estadístico de España y Portugal (vol. VII,
p. 306, Imp. Pierard-Peralta, Madrid, 1827): "Son robustos, de ánimo
alegre y festivo, sumamente aficionados a la música, baile,
representaciones dramáticas y demás diversiones".
Representaciones
similares a las Istorias de Ribadavia existieron en otras villas de
Galicia
. Hay noticias de Historias en A Coruña, Santiago, Pontevedra,
Lugo,
Betanzos, Pontedeume y Ourense, y el cura de Fruime se
refirió a ellas, describiéndolas con notable precisión, en el prólogo a su Auto
perdido La
Débora victoriosa y la triunfante Jahel... (1763):
"A esta especie de representacion de que usan algunas
Poblaciones cultas de Galicia para solemnizar sus mas principales
fiestas, le dan por antonomasia el titulo de Historia, con
propiedad bien ajustada: de ordinario se executa mudamente. Las
personas, vestidas con el traje y divisas correspondientes a su papel,
se disponen en parejas, y puestas a cavallo salen por las calles, dirigiendose a la Plaza mas oportuna, en cuyo gyro dan pausadamente un
passeo demostrando con algunas acciones y movimientos el significado de
sus papeles. Viene ser ella como un retablo andante, o portatil, en que
con Imagenes vivas, y figuras de vulto se hace visible la Historia que
se expone al curioso. Otras veces se añade a lo dicho la viva voz con
que en algunos puestos, o cantones del lugar por donde transita la
Comparsa, recitan, en Theatros dispuestos a esse fin, un passage de la
Historia".
En el caso de Ribadavia, Leopoldo Merúendano relacionó las Istorias con las
representaciones de Moros y Cristianos, dando a entender que estas
habían existido en la localidad (cf. FICHA:
),
y el programa de fiestas de 1885, transcrito por Rubén García Álvarez,
mencionaba la representación de una Historia de "las correrías
por las comarcas gallegas del Moro Almanzor", compuesta a partir de
datos "copiados fielmente del antiguo libro becerro existente en el
Archivo del Ayuntamiento". Estas noticias concuerdan con la breve
referencia de Juan Neira de Cancela, que en el siglo XIX afirma que se
hacía en el Corpus de Ribadavia una Batalla de Clavijo. |
Plaza
Mayor de Ribadavia en la que tenían lugar las representaciones de
las Istorias
Portada
de la obra de Lope de Vega
/ A. Martínez de Meneses,
David perseguido, y montes de Gelboé, pieza probablemente
adaptada en las Istorias de Ribadavia. |