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Santiago de
Compostela
Aunque su celebración sea
anterior (desde 1326, como hemos visto), sólo conocemos con precisión la
ordenación de la procesión del Corpus en Compostela desde la segunda
mitad del XVI gracias a una disposición del Consistorio de 1565
publicada por Pérez Costanti y a la descripción del recibimiento que se
hizo en 1570 al arzobispo D. Cristóbal Fernández de Valtodano, ocasión
en la que los gremios de Santiago salieron en procesión corporativa con
las danzas, carrozas y entremeses que habitualmente llevaban en el
Corpus:
“... La confradía de los plateros desta cibdad
con su danza de una docena de xitanas muy bien compuestas y adrezadas......
la confradia de los xastres... con su danza de espadas según que la
suelen llebar en la procesión de Corpus Xpe,...la confradia de los
carniceros... con una invincion en que aya un rey indio negro con diez o
doce indios que lo acompañen, todo bien compuesto....la confradia de los
tecelanes... con su danza de veinte mozas con sus panderetas y adufes
muy bien compuestas....las confradias de los azabacheros y correheros
con la historia de Señor Santiago a caballo como cuando fue lo del Rey
ramiro y dos cabalynos y salvajes, cada cosa por su horden y bien
compuesto....la confradia de los herreros con cuarenta o cincuenta
arcabuceros con sus flascos e polvera todo puesto por su orden y muy
bien adrezados....la confradia de los pedreros y carpinteros con su
danza de veinte y cuatro mujeres muy bien compuestas al modo de Portogal....los
armeros y barberos con su danza de una docena de salvajes y un par de
pelas (penlas) al vso de la procesión de Pontevedra de dia de Corpus Xpi....la
confradia de los çapateros con su oficio de la coca según la suelen
llevar en la procesión de Corpus Xpi. con la historia de San Jorje a
caballo cuando fue lo del dragon e de la doncella con veinte e cuatro
gitanos”.
Otros gremios, como el de los
pasteleros, no desfilaban en la procesión pero se encargaban de decorar
el recorrido urbano de la misma como sucedió en 1596 cuando
embellecieron con enramados y flores la fuente de la plaza del Campo y
armaron un castillo de papel con cohetes que estallaron al paso del
Sacramento. Esta costumbre de engalanar con flores y plantas aromáticas
como la espadaña y el fiuncho, las calles por las que pasaba la
procesión está en el origen de las alfombras florales artísticas que
desde mediados del XIX, y con gran éxito hasta nuestros días, se
confeccionan para el paso del Santísimo en numerosas villas gallegas (Ponteareas,
Lugo, Palmeira, Ares…).
Era también de rigor que las festividades
del Corpus incluyeran
corridas de toros y representaciones de
Autos y Comedias a cargo generalmente de compañías
profesionales castellanas. Las
disposiciones del Concilio de la provincia de Compostela reunido en
Salamanca en 1565, muy críticas con las representaciones teatrales
fuesen éstas sacras o profanas, permiten, sin embargo, todo cuanto
contribuya a la exaltación del Sacramento: música, adornos, decorados
urbanos y teatro, si bien se prescribe que el cortejo sólo habría de
detenerse una vez “para los Autos o representaciones”.
No se conservan los textos de esos Autos pero
conocemos algunos títulos y los nombres de numerosos autores teatrales
que representaron sus obras en el Corpus compostelano: Francisco de
Conte (1565), el ya citado Antonio de Mondragón, Alonso de Torres
(1592), el compostelano Pedro de Escobar (1594-97) y, ya en el siglo
XVII, Juan Hurtado (1605), Juan de Vargas (1615), Pedro de Callenueva
(1620) y Lorenzo Ríos (1627) entre otros muchos
.
La actividad dramática relacionada con el Corpus
no finalizaba en Compostela el día de la celebración sino que se
extendía a otras festividades cercanas. La cofradía del Rosario
organizaba en la infraoctava del Corpus (la semana siguiente) nuevas
representaciones de Autos en la Puerta del Camino, a cargo
generalmente de las mismas compañías que habían actuado la semana
anterior, y una espectacular cabalgata que llegaba “hasta la huerta
de Santo Domingo” encabezada a pie por la Muerte y el Trabajo divino
e integrada por la Justicia, la Fortaleza, la Prudencia y la
Humildad
sobre caballos ricamente enjaezados, acompañadas estas virtudes algunos
años por la Sibila, la Honra, y otros personajes como Diógenes, sabios y
capitanes, todos con vestuario apropiado que incluía “tocados,
máscaras y plumaje” así como “joyas y aderezos de seda”. |
Custodia procesional de la
catedral de Santiago
Antonio de Arfe (1539-73)
Los
gigantones de Santiago a finales del siglo XIX, detalle de un dibujo de
Gerardo Meléndez litografiado en La Ilustración Española y Americana,
vol. XXVII, nº 29 (8 de agosto de 1883), p. 77.
Procesión del
Corpus en la actualidad
Foto:
El Correo Gallego
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