Notario de clérigos negligentes y despistados
Scribit defectus horarum daemon ineptus: Quotidie multos valet ex his scribere libros
Guillermo Raymond, obispo de Maguelone, ca. 1190
En la obra de Guillermo de Auvernia (
De
Universo, ca. 1230-36) aparece por primera vez con seguridad el nombre de Tutivillus, que se difundirá con la obra de Juan de Gales (
Tratactus
de Penitentia, ca. 1285). El galés combina el relato de Vitry con los versos de Guillermo de Magalona, para el cual la labor del diablo, al que Juan de
Gales denomina Tutivillus, es la de apuntar las omisiones de los clérigos en las
misas, los rezos y las salmodias en las Horas. El Tratactus de Juan de
Gales dice: "… psallentes colligets sub specie micarsi dictiones et sillabas
omissas ab illus in psalmodia", y termina con unos versos inspirados en los
de Guillermo Raymond de Magalona (=Maguelone) y en los del copista de Pedro Lombardo, los cuales hicieron fortuna en la
literatura medieval:
Fragmina verborum, Titivillus colligit horum.
Sicque die, mille vicibus se sarcinat ille.
(Titivillus recoge los fragmentos de las palabras [omitidas] en las Horas, con los cuales llena su saco mil veces al día).
A partir del relato, repetido en numerosos sermonarios, Ars
predicandi, y tituli que acompañan a pinturas y esculturas, creció la
popularidad de este diablo de cuya historia se desprende una moraleja muy
adecuada como admonición para perezosos y despistados en las comunidades
monásticas, y contra la mala práctica de las misas secas, pagadas por los
difuntos pero frecuentemente abreviadas –se suprimía la consagración- y
recitadas apresuradamente con errores y omisiones sin cuenta.
De ese modo, es frecuente que los versos aparezcan escritos en los coros de las
iglesias monásticas y catedralicias, de la misma manera que las representaciones
artísticas del tema son frecuentes en las sillerías de coro y los púlpitos,
aunque apenas existen casos en el arte en los que Tutivillus aparezca apuntando
explícitamente las omisiones de los clérigos, a diferencia de lo que sucede con
los chismorreos de las mujeres. Veamos, en el campo de los
tituli, una versión ampliada de los versos
que aparece en varios casos alemanes de los siglos XV y XVI:
“Canonicas Horas, si devote legis, oras,
Tunc orantur Horae, si corde leguntur et ore.
Litera neglecta, vel sillaba murmuro tecta
Colligit haec Sathanas, si non cum corde laboras.
Fragmenta verborum Titinillus colligit horum,
Quaque die mille vicibus se sarcinat ille.
Quid facis extra Chorum, qui debitor officiorum
Es divinorum? Cur induis acta vagorum?
Desinc stare foras, quia Christus ponderat Horas
Et nominando moras distinguit qualiter oras.
Qui psalmos resecat, vel verba Davidica curtat,
Displicat ille Deo, dum placuisse putat.
Cum Domino psalles, psallendo tu tria serves:
Dirigo cor sursum profer bene, respice sensum.
Nunc lege, nunc ora, nunc cum fervore labora.
Nunc contemplare, nunc Scripturas meditare”.
Del siglo XV es un anónimo tratado devocional inglés titulado The Myrroure of Oure Lady, en el que Titivillus se presenta a sí mismo como recolector de sílabas y palabras con las que llena su saco (I.xx.54): "I am a poure dyuel, and my name ys Tytyvyllus... I muste eche day ... brynge my master a thousande pokes full of faylynges, and of neglygences in syllables and wordes."
Julio I. González Montañés
jgmontanes@gmail.com